Este miércoles, Bertín Osborne y su mujer Fabiola Martínez vivieron la edición más terrorífica de su programa Mi casa es la tuya, con la visita de Iker Jiménez y Carmen Porter. El matrimonio de periodistas especializados en lo paranormal y presentadores de Cuarto Milenio, reveló los comienzos de su romance y algunas de anécdotas más inquietantes de su trayectoria profesional.
La pareja contó que, aunque ambos iban a la misma universidad, "nunca nos habíamos visto porque Iker nunca pasaba por allí", a lo que el periodista matizó entre risas: "No iba porque tenía que trabajar". El matrimonio se conoció en la fiesta de un amigo que tenían en común: "Un amigo me preguntó si podía llevarlo, y cuando llegó se formó un corro alrededor de Iker". A partir de ahí, "fuimos quedando y nos enamoramos".
El presentador de Cuarto Milenio habló sobre cómo surgió su interés por lo desconocido: "Con diez años estaba en casa de mi tío y subí al desván. Cogí un libro en francés de ovnis y al abrirlo leí la historia de un niño de mi misma edad que había visto bajar una figura de luz del cielo. Yo no sabía lo que eran los ovnis y me aterroricé". Al día siguiente, un periódico publicó la noticia de un avistamiento durante esa misma noche: "¿Lo que leí ayer es verdad y ha pasado en Vitoria?", se preguntó siendo niño. Entonces, salió a entrevistar a los vecinos que habían sido testigos del hecho paranormal: "Me imaginaba que era de verdad un periodista. Hacía fichas de los casos totalmente emocionado y tenía mi propio archivo".
La pareja también habló sobre Alma, su hija de cinco años, y afirmaron que todos los niños son mágicos: "Cuando somos pequeños tenemos una serie de facultades que no nos explican y a los 7 años hay una apagón en nuestro cerebro y hay zonas que dejamos de utilizar". Reiteraron que los niños son más inteligentes que los adultos.
Uno de los momentos más divertidos de la noche ocurrió cuando las dos parejas se sentaron juntas en el salón y comenzaron a hablar sobre fenómenos paranormales. Ante la curiosidad de los anfitriones, Iker contó la historia del padre Benito, un sacerdote muerto al que escucha hablando desde el más allá en una de las grabaciones del matrimonio. Bertín Osborne se levantó aterrado de su asiento para no escuchar las psicofonías: "¡No me pongas eso, ¡me largo!".