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7 momentos incómodos por los que olvidamos que 'OT' es un programa musical

Este miércoles llega a su fin OT 2018, una edición que ha vivido tres meses rodeada de polémicas.

Este miércoles llega a su fin OT 2018, una edición que ha vivido tres meses rodeada de polémicas.
Concursantes de OT 2018 | RTVE

Operación Triunfo 2018 arrancó el pasado mes de septiembre con altas expectativas y cierto miedo a que el fenómeno del año anterior no se repitiera. Era de esperar que la primera gala arrasara en audiencia con 2.321.000 espectadores pegados a la pantalla y un estupendo 20,5% de share (datos de Barlovento Comunicación), pero con el paso del tiempo, el programa musical que hizo brillar a La 1 de TVE se desinfló. Desde su estreno, el reality no ha sido capaz de pasar la barrera de los 2 millones de espectadores, unos datos que quedan muy lejos de la edición de 2017, donde la semifinal anotó un 21,7% de cuota de pantalla con 2.763.000 de espectadores, mientras que la de 2018 se quedó en un pobre 15,4% de share y 1.778.000 espectadores.

No se puede hablar de fracaso total, pero sí de hastío ante un programa que no ha sabido reinventarse y que ha pasado tres meses intentando sortear la polémica, porque siendo sinceros, OT 2018 ha sido más comentado por sus polémicas que por sus actuaciones musicales. En la recta final del programa hemos visto a un desesperado Tinet Rubira, director de Gestmusic, contestando de malas maneras a los críticos; a Albert Vico, uno de los responsables de la cuenta de Twitter de OT, reconociendo que los trabajadores "estamos llegando al final muy al límite"; y a Noemí Galera, directora de la academia, intentando salvar la imagen del programa.

Incluso antes de arrancar OT y conocer a los 16 concursantes definitivos, en las redes sociales nació la primera de tantas polémicas que han rodeado el reality. La víctima fue Luis Mas, un joven catalán al que un sector del público linchó durante días para evitar que entrara en la academia. El motivo, lucir banderas de España en su perfil de Instagram y posar con el rey Juan Carlos. Entonces no vimos a ningún responsable del programa recordar los valores de respeto y lucha contra el bullying de los que alardeaban en la edición de 2018. Tras el boicot, Luis se quedó fuera.

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Luis Mas y el Rey emérito

La actuación de Aitana era una de las más esperadas en el programa. Convertida en una estrella de la música con proyección internacional, la primera finalista de OT 2017 subió al escenario para comerse el mundo, pero el público se quedó boquiabierto con la interpretación de Teléfono, una de las canciones más escuchadas del año. Aquello tenía una explicación: la joven pasaba por un mal momento personal tras la ruptura con Luis Cepeda, el concursante por el que dejó a su novio Vicente tras conocerse en la academia. Algunos se cuestionaron si su paso por la academia sirvió para algo y el programa ni siquiera colgó el vídeo de aquella puesta en escena en el canal de Youtube.

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Ana Torroja y José María Cano jamás pensarían que la letra de su canción Quédate en Madrid, lanzada en 1988, generaría tantísimo debate en España 30 años después. A María y Miki les incomodaba cantar "siempre los cariñitos me han parecido una mariconez" y preferían cambiar la palabra para no molestar al colectivo LGTBI. Cano se negó a cambiar una canción porque jamás consideró que la letra fuera homófoba, sobre todo viniendo de un grupo rompedor en su época como fue Mecano. Noemí Galera les dio las gracias a sus alumnos por hacer que se "replanteara" la letra "con el paso del tiempo" y que se "cuestionara" su visión de la canción.

En una conversación con los concursantes, uno de ellos reconoció a Galera haberse "cagado" en la Falange. La respuesta de la directora fue: "¿En la Falange Española y de las JONS? Ahí también me he cagado yo". La polémica estaba servida. Ángel Nodal, defensor de la audiencia de RTVE, se vio obligado a remitir un correo electrónico a los responsables de Falange Española de las JONS para pedir disculpas por unas palabras vertidas en el programa. "Además de maleducada, Noemí Galera es muy cínica. Porque les está pidiendo a los chavales que tengan respeto y ella insulta a un partido político legal como la Falange de las JONS. Todo esto pagado con dinero público. Encantados de ir a explicaros nuestras propuestas", dijo la formación en Twitter.

El programa parecía ir cuesta abajo marcando mínimos históricos de audiencia. En vez de hacer autocrítica, señalaron a un culpable: la profesora de interpretación. Itziar Castro fue despedida de forma fulminante a mitad del concurso porque "no consiguió los objetivos fijados por el programa". Es decir, que el casting mediocre no consiguió enganchar al público.
La actriz nominada al Goya dejó otros compromisos profesionales para dedicarse al reality de TVE. "Su implicación en él está fuera de toda duda, ya que en estas seis semanas se ha volcado en su trabajo como profesora de Operación Triunfo (...) En 22 años de carrera jamás ha dejado un proyecto a medias ya que es una luchadora nata y las críticas no son para ella un problema porque lleva años acostumbrada a ellas", publicó en Twitter su representante. OT se encomendó a los Javis para hacer despegar la audiencia, algo que no ocurrió.

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Itziar Castro

Cuando todavía no se habían recuperado de la polémica por el despido de Itziar Castro, a OT le salió otra de la nada. Ocurrió nada más empezar la gala 7, cuando la cuenta oficial publicó una foto de la compositora y miembro del jurado Brisa Fenoy con una carpeta de anotaciones escritas a ordenador. En el folio se podía ver claramente una tabla con el nombre de los concursantes, el miembro del jurado que les valoraba y el veredicto final, es decir, si es favorito, continúa en el programa o es puesto en duda. La foto supuso un escándalo para muchos seguidores, convencidos de que se trataba de un guión y las opiniones del jurado y el veredicto ya estaban pactados. Las explicaciones por parte del programa y de Tinet Rubira, llegaron rápidamente: "El jurado se reúne el miércoles a las 17:00 h y visiona el ensayo del plató del martes. En base a eso, hacen una previsión que después cambian (o no) al ver la actuación final de la Gala. Esa previsión es la que habéis visto en la foto de Brisa Fenoy". Por tanto, el folio que tenía la cantante era una escaleta provisional.

Sin saber que el personaje que se había montado recibía elogios y críticas a partes iguales fuera de la academia, María continuó con sus escenitas. Mientras las cámaras grababan a los concursantes en su salida de la academia de camino a la gala, la madrileña se subió la camiseta dejando al descubierto uno de sus pechos. Lo que ella no sabía es que la imagen se estaba viendo en directo. Un momento que se convirtió en uno de los más comentado en las redes sociales y que la protagonista, durante el trascurso del chat de OT 2018 quiso aclarar: "No lo he hecho aposta. Es que pensaba que no iba a salir porque como luego editan cosas...".

Luego llegaría la gala en la que salió expulsada y la visita de su novio Pablo Amores, que protagonizó uno de los momentos más bochornosos que se recuerdan en el programa y que se tuvo que censurar en la redifusión matinal. La pareja de María entró en el plató y se abalanzó sobre su chica. "¿Qué es lo que más has echado de menos de ella?", le preguntó el presentado Roberto Leal. "Su culo", contestó, "está buenísima", continuó. "¿Qué vais a hacer en el caso de que María sea expulsada?", siguió preguntando Leal. "¿Quieres que te lo diga? ¡Follar!", exclamó Pablo con los brazos abiertos mirando al público.

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