Noche final de emociones en Guadalix. ¿Ganaría Miriam Saavedra, tras tres meses de insultos y lucha constante, o bien daría la sorpresa Suso, resucitando las acusaciones de tongo que han perseguido al concurso desde su comienzo? ¿Daría la sorpresa el tercero en la lista, El Koala, que pese a un tibio concurso ha logrado librarse de sucesivas expulsiones, convirtiéndose en la verdadera sorpresa de GH? Por mucha calesa navideña que la organización dispusiera, aquí lo que importaba es que corriera la sangre. Y corrió.
No vamos a marearles más: la victoria fue para Miriam, coronándose ganadora de la edición más vista (y polémica) de la historia de GH VIP.
Por el camino, varios puntos animaron el cotarro de un espacio que, en esta sexta edición, ha superado a menudo el 30% de audiencia. El primero, una legendaria pulla de Jorge Javier a la segunda peruana más importante del concurso, una Mónica Hoyos que en pocos días ha visto cómo su posición (y la de Miriam) se invertía y la organización pasaba a marginarla: "Feliz noche a todos menos a Mónica Hoyos: allá donde estés, te recordaremos siempre", dijo Jorge Javier con sonrisa de tiburón, después de unas enfervorecidas palabras de la Hoyos solo comprensibles desde la pura envidia.
¡Miriam se abraza a su madre como ganadora de la edición! #GHVIPFinal pic.twitter.com/mTXmONnOH2
— Gran Hermano (@ghoficial) 21 de diciembre de 2018
Un síntoma de todo lo que había cambiado en el concurso a lo largo de las últimas semanas. Que la hipernominada y maltratada Miriam Saavedra acabase aupándose por encima de sus compañeros, pese al acoso sistemático de la organización y muchos de los otros habitantes de Guadalix, no hace sino refrendar que los verdaderos planes de Telecinco eran impulsar la figura de la ex de Carlos Lozano… incluso si antes tenían que convertirla en una mártir. En algún momento, las tornas se invirtieron en GH, y Mónica Hoyos pasó a ser la desahuciada, y no al revés.
La reina inca ganó, el público impuso su criterio por encima de los tongos semanales, y como anticipo, la gala abundó en momentos épicos de Saavedra, una concursante.. digamos que voluntariosa. Su magnífico "maldito muñeco" a Ángel Garó, los lloros con su madre (infiltrada en la casa de Guadalix, al igual que la de Suso, para que las lágrimas afloraran), sus brincos con el "baile del gusano"... Todos ellos momentos destacados de estos tres meses de Miriam en la casa y que Jorge Javier animó a repetir ante la enfervorecida audiencia… y la mirada de un "reventado" (Twitter dixit) Suso Álvarez.