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Juan Manuel González

Crítica: 'La Guerra del Mañana' (Amazon Prime) con Chris Pratt y J.K. Simmons

La Guerra del Mañana tiene claro una cosa: esto no es Arrival ni su director Denis Villeneuve. Por eso funciona.

La Guerra del Mañana tiene claro una cosa: esto no es Arrival ni su director Denis Villeneuve. Por eso funciona.
La guerra del mañana. | Amazon

¿Se acuerdan de Al Filo del Mañana, la excelente película de Tom Cruise que alguien reivindicará como se merece dentro de diez o quince años? Crucen aquella película con Independence Day (y otra media docena de títulos de ciencia ficción, desde Starship Troopers hasta La Cosa, pasando por Alien, Armageddon y Jurassic Park) y el resultado podría ser perfectamente La guerra del mañana, superproducción que Paramount tenía previsto estrenar en diciembre de 2020 y que fue pospuesta por la pandemia para ser adquirida por Amazon por la lustrosa suma de 200 millones de dólares (que debe ser, por cierto, una cifra equivalente a su probablemente abultado presupuesto).

La película del director de animación Chris McKay es un batiburrillo de ideas y propuestas interesantes, pero el ritmo incesante y brutal impuesto por el guión y, sobre todo, el montaje (me pregunto cuántas escenas de diálogo se habrán quedado en la sala de edición) dirigen los resultados hacia otro lugar más…trepidante. La guerra del mañana es, al final y como Independence Day, un inmenso homenaje a la serie B bañada en cierto militarismo bélico conservador y, cada vez más, una lógica de puro videojuego. Lo es no por falta de posibilidades sino porque elige serlo.

Pese a los viajes en el tiempo y las invasiones extraterrestres, no hay mucho espacio para el "sense of wonder". McKay tiene claro que su película no es La Llegada ni él es Denis Villeneuve, y su éxito depende de que el espectador asuma que no pasa nada... o sí. Desde el comienzo todo adquiere un ritmo brutal donde no hay tiempo para pensar demasiado ingresando al espectador en una situación de combate "In media res" junto al siempre eficaz Chris Pratt, un actor que, como Kurt Russell, sabe compatibilizar la simpatía y la fuerza bruta (él es, por cierto, productor del evento). Pese a ello y como resquicio de lo que pudo ser y no fue, la película sí que conserva un par de giros argumentales más o menos previsibles pero inquietantes y dramáticos, que sin embargo quedan abducidos por la lógica del superespectáculo.

La Guerra del Mañana es el prototipo de blockbuster entretenido y atronador que no permite al espectador asomo de duda. En ella anida una historia trágica de paradojas temporales, encrucijadas personales y un determinismo trágico que la película finalmente tira a la papelera de reciclaje en pos de las palomitas, optando por el cierre más desvergonzado posible. En el tercer acto la película definitivamente descarrila, el fatalismo y el sentido del drama que habitan tras la idea original se sustituyen por una oda a la familia y al espíritu americano más descarado como un pegote a otro tercio final más tétrico y oscuro. Pero, como precisamente en un descarrilamiento de tren, a esas alturas el espectador no puede dejar de mirar. Son, en suma, 140 minutos que pasan en un suspiro.

La Guerra del Mañana se estrena el viernes 3 de julio en Prime Video.

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