Tras los pobres resultados de audiencia del resumen de la historia de Rocío Carrasco el martes, los del miércoles han sido peores todavía. El refrito especial Rocío. Un año después de contar la verdad emitido el miércoles apenas cosechó un 6,1% de audiencia, casi un punto al ya paupérrimo 7% del martes.
Un importante descenso que tuvo lugar el mismo día de la Junta Oficial de Accionistas de Mediaset, marcada a fuego por la intervención de Antonio David Flores, y la demostración de que la gran apuesta de la cadena, un ideologizado retrato de la vida de Rociíto, ya no interesa pese a la insistencia de la cadena Telecinco.
Bien es cierto que sendos especiales, de apenas tres cuartos de hora de duración, no contaron con presentación o debate alguno por parte de los rostros de La Fábrica de la Tele. Apenas 925.000 espectadores conectaron con este segundo refrito, bajando de manera espectacular la media de la cadena y situándola en el vagón de cola del prime-time de sendos días.
Las cosas no fueron mejor después, con la emisión de otra de las grandes apuestas de Vasile: la recuperación de Pasión de Gavilanes, que firmó apenas un 5,1% con 620.000 espectadores. Su principal rival, El Hormiguero de Pablo Motos, casi triplicó esas cifras con un 16,9 y 2.583.000 espectadores y la presencia de Amaia Salamanca y Begoña Vargas.
Pobres resultados que certifican la crisis de audiencia de una cadena marcada a fuego por la deriva política de su espacio de cabecera, Sálvame, responsabilidad de la misma productora de Contar la verdad para seguir viva (ahora investigada en el seno de la Operación Luna por una trama de espionaje a famosos).