
Espejo Público ha reforzado su información de corazón con algunos rostros de peso que formaban parte de Telecinco. El programa de Susanna Griso fichó a Alberto Díaz -exdirector de Sálvame- para ponerse al mando de la crónica social, así como a la ya conocida Gema López o Nando Escribano, exreportero del desaparecido Cazamariposas, uno de los formatos de La Fábrica de la Tele.
La salvamización del programa de Antena 3 es ya un hecho no solo por los rostros que forman parte del programa, sino por el estilo a la hora de tratar la información rosa. El ejemplo más claro es un vídeo sobre José Manuel Parada en el que el citado Nando Escribano se mofa de las veces que ha tenido que acudir a tanatorios por la muerte de varios amigos cercanos como María Teresa Campos o Pepe Domingo Castaño.
"Última parada: José Manuel Parada no se pierde ni un funeral. ¿Casualidad?", dice el rótulo del vídeo. En él, el reportero asegura que Parada "se está quedando solo porque sus amigos se están yendo uno tras otro al otro barrio". Con la risa cómplice de Susanna Griso de fondo, Escribano recuerda que el presentador ha despedido a cuatro amigos en el último mes porque "todo su alrededor está estirando la pata a un ritmo frenético", lo que le está obligando a "hacer parada en todos los tanatorios existentes de España".
José Manuel Parada ¿El nuevo José Velez? pic.twitter.com/uWAVPUp7SV
— TVMASPI (@sebas_maspons) September 20, 2023
"Si montase su propia funeraria en unos años sería el más rico del cementerio. ¿Tiene Parada mala suerte o ser su amigo trae mala suerte? ¿Quedará alguien vivo para despedirle a él?", se pregunta el periodista mientras la cámara enfoca el rostro de Luis Pliego, director de Lecturas, que borra la sonrisa inmediatamente.
Lo cierto es que ha sido un año difícil para el presentador, que solo este verano ha tenido que decir ‘adiós’ a grandes amigos y compañeros de profesión como son María Teresa Campos, María Jiménez, Carmen Sevilla o Pepe Domingo Castaño. La muerte de Campos fue especialmente difícil para él y fue en el tanatorio donde denunció el olvido al que habían sometido a su compañera. "Ahora todo el mundo esta con ‘qué buena Teresa, qué maravillosa’, pero ella dijo públicamente ‘sé que soy mayor, pero todavía puedo trabajar y no quiero estar todo el día metida en casa’. Y parece ser que nadie quiso darle ese trabajo. Yo creo que se va con mucha pena", lamentó muy dolido.