
Por primera vez en los 19 años de emisión de El Hormiguero, el programa recibió a una psiquiatra como invitada. Marian Rojas Estapé, la reconocida especialista en salud mental acudió al plató para abordar el impacto de la tecnología en el funcionamiento del cerebro humano.
Durante más de media hora de entrevista, la doctora expuso, con datos y argumentos científicos, una realidad que inquietó tanto al presentador Pablo Motos como a los espectadores: la creciente adicción a la dopamina y la incapacidad de la sociedad para tolerar el dolor, la frustración y el aburrimiento.
"Todo molesta, todo duele"
Pablo Motos inició la entrevista con una única pregunta: "Si tuvieses que hacer un análisis de la sociedad, ¿qué nos define?". La respuesta de Marian Rojas Estapé fue contundente: "Todos tenemos los mismos síntomas. Nos cuesta empatizar, tolerar el dolor, el aburrimiento y la concentración. Todo nos molesta".
Según la psiquiatra, esta hipersensibilidad se debe a un debilitamiento de la corteza prefrontal, la parte del cerebro responsable de la concentración, la empatía y la toma de decisiones racionales. "Sin corteza prefrontal no puedes entender al de enfrente, y eso lleva a la polarización", afirmó.
La doctora Estapé explicó que la sociedad actual muestra una nula tolerancia a las emociones negativas, lo que provoca una búsqueda constante de gratificación inmediata. "O todo es bueno o todo es malo. No hay términos medios", añadió. Esta falta de resiliencia emocional se refleja en la forma en que las personas interactúan con el entorno, dificultando la convivencia y aumentando la polarización social.
La dopamina
Uno de los temas centrales de la entrevista fue la relación entre el uso de dispositivos electrónicos y la adicción a la dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la recompensa. "Antes las drogas entraban por la nariz o por la boca; ahora entran por los ojos", señaló Pablo Motos, refiriéndose al impacto de los teléfonos móviles, las tabletas y otros dispositivos en la salud mental. Rojas Estapé coincidió con esta afirmación y explicó cómo las redes sociales y las aplicaciones están diseñadas para manipular la dopamina, generando dependencia y deteriorando la capacidad de atención.
"La dopamina es una sustancia maravillosa, pero cuando se estimula en exceso, el cerebro genera tolerancia y empieza a necesitar más para obtener el mismo efecto", explicó la psiquiatra. Este fenómeno, conocido como tolerancia dopaminérgica, obliga al cerebro a buscar constantemente nuevas fuentes de estimulación, lo que lleva a un ciclo de adicción similar al de las drogas tradicionales. "Nos intoxicamos de dopamina", sentenció.
La doctora detalló cómo esta adicción afecta a la vida diaria: "El cerebro recuerda lo que le calma, le excita y le da placer" por eso, se generan los hábitos y las adicciones. Según Rojas Estapé, todos somos susceptibles a esta forma de adicción, incluso sin ser plenamente conscientes de ello.
Rojas Estapé advirtió que el uso excesivo de dispositivos digitales ha provocado una crisis de atención a nivel global, haciendo referencia a la constante interrupción de notificaciones, mensajes y alertas. Esta sobreestimulación deteriora la capacidad del cerebro para concentrarse y reflexionar, lo que afecta tanto al rendimiento académico y laboral como a las relaciones personales.
Las rutinas vitamínicas
Aunque Rojas Estapé reconoció la gravedad del problema, también ofreció algunas posibles soluciones. Recomendó prácticas como el ejercicio físico, el descanso adecuado y el tiempo de desconexión digital como formas de recuperar el equilibrio mental. "El ser humano no está diseñado para vivir en alerta constante", advirtió, destacando la importancia de reducir la exposición a estímulos digitales para proteger la salud mental.
@el_hormiguero @marianrojas_oficial nos da las rutinas vitamínicas para ser más feliz #elhormiguero #MarianRojasEH #quever #teleentiktok
♬ sonido original - El Hormiguero - El Hormiguero
Sin embargo, la psiquiatra mostró su preocupación por la dificultad de implementar estos cambios en una sociedad que ya está profundamente afectada. "Mi diagnóstico es que estamos en una crisis de atención", afirmó. Y añadió que salir de esta situación requeriría de personas con la capacidad de analizar el problema en profundidad, pero "si la corteza prefrontal está invalidada, estamos metidos en una crisis de la que no sabemos cómo salir".
Marian Rojas Estapé concluyó su intervención destacando las consecuencias de esta crisis de atención: la soledad, la hiperestimulación y la polarización. "El cerebro se hace adicto a lo irrelevante. Deja de profundizar, de reflexionar, de contemplar y nos polarizamos", advirtió.
Según la psiquiatra, los algoritmos de las redes sociales refuerzan esta polarización al mostrar solo contenido que coincide con las creencias del usuario, impidiendo el diálogo con quienes piensan diferente.