
El productor y guionista Ramón Campos, creador de exitosas producciones como El caso Asunta, 800 metros o Cazar a un monstruo, ha visitado el programa Es la mañana de Federico para presentar su última producción, La viuda negra. La película, disponible en Netflix, se inspira en el crimen de Patraix ocurrido en 2017, cuando un hombre fue hallado asesinado de siete puñaladas en un aparcamiento de Valencia. Detrás del suceso, un entramado psicológico que, según Campos, representa "la demostración de que una buena persona puede cometer un asesinato".

La película se centra en la figura de María Jesús Moreno, apodada por los medios como la "viuda negra de Patraix", y en cómo logró manipular a un joven para que matara a su marido. "El caso de la viuda negra era un caso muy sencillo, solo que la dificultad era dar con el culpable", explica Campos. La clave del guion fue, precisamente, mostrar cómo una persona aparentemente común puede ser inducida a matar: "En este caso una chica convence a un ‘pobre desgraciado’ de que cometa un crimen y la policía solo tenía que encontrar a ese pobre desgraciado".
La actriz protagonista, Ivana Baquero, también pasó recientemente por esRadio para compartir su experiencia interpretando a un personaje tan complejo: "Da mucho respeto. No se trata solo de actuar, sino de entender qué queremos contar. No es sensacionalista. El asesinato no se muestra y eso me parece un acierto".
En ese mismo sentido, Campos insiste en que el enfoque es ético y no sensacionalista: "Tengo una moral y una ética muy férreas y tengo muy claro que no vale cualquier cosa en cuanto a la crónica negra". De hecho, afirma que la policía colabora con sus proyectos "siempre que hablemos antes con la familia de las víctimas" y que han decidido omitir "cosas muy fuertes que hemos preferido no mostrar al público".
Religión, represión y adolescencia tardía
Campos profundiza en los elementos psicológicos y sociales que rodean al personaje: "Ella pertenecía a un grupo religioso en el que promovían la ‘sacralidad del matrimonio’, es decir, el matrimonio es sagrado". Esta creencia, afirma, "deja mucho que ver que prefiera matar a divorciarse". Esta represión y la falta de libertad marcaron su evolución personal: "Nosotros queríamos contarle al espectador cómo este tipo de personas que viven un férreo control religioso, cuando salen viven una ‘adolescencia tardía’".
Uno de los momentos que más impresiona al creador es una conversación telefónica entre madre e hija: "Hay una llamada con la madre que para mí es fascinante, ya que la madre, que es una persona religiosa, y la hija, que viene de la misma religión, hablan de sexo en unos términos crudísimos".
La actriz, Ivana Baquero, también subrayó la complejidad emocional del personaje: "Maje tenía un perfil muy peculiar. Egocéntrica, con una necesidad constante de atención masculina. Se ha hablado mucho de si es ninfómana, pero lo que necesitaba es tener un harén de hombres. A la vez, mentía continuamente. Esa dualidad es lo que la hace tan interesante como personaje".
Una historia de manipulación
Campos y su equipo trabajaron intensamente en el tono de la película: "Tenía que ser real y lo que trabajamos mucho fue la entonación". Otro de los objetivos del guion era reflejar un contexto vital que pudiera dar sentido al crimen: "En la película también queríamos hablar de la crisis de la mediana edad".
Para el guionista, el desequilibrio emocional del protagonista masculino es evidente: "Ella está loca, el problema es que él no lo ve porque es tan guapa".