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Las Vegas Ha Muerto, ¡Viva Las Vegas!

Pues, sí, anoto tu indicación y me preparo para acudir dentro de un rato al funeral de Sigfrido. A le vez tenemos que acompañar a nuestro amigo-hermano a enterrar a su madre. En fin, el año ha arrancado con mucha desazón. También es verdad que salvo esos momentos aciagos, todo va bien, dentro de lo previsto.
 
Antes de salir para México tengo que dejar totalmente preparado el primer concierto de Fangoria en Valls el próximo 2 de febrero. Ensayos de las canciones, las coreografías, terminar el vestuario, la escenografía y todas esas pequeñas cosas técnicas que ocupan más tiempo del que deben. Y con México por medio. Eso nunca es un problema, salvo para la dieta. Tendré que controlar mi ingesta de sopa de tortilla, quesadillas, queso fundido, chilaquiles y demás manjares.
 
Recojo tu propuesta de empezar cuanto antes las obras de “la casita Peppermill”. La otra noche volvimos a apuntar ideas mientras revisábamos la película “Casino” por enésima vez. Y también te digo que tenemos que volver a Las Vegas, y tiene que ser YA. Las Vegas que nosotros veneramos va desapareciendo. El cierre del museo Liberace es el síntoma visible de un cáncer terminal. La ciudad que tan bien retrata Scorsese, ya sufrió su primera transformación. La sede central de la mafia y el vicio, con el magnífico Rat Pack como buque insignia, limpió su imagen a golpe de hotel-parque-temático y entretenimiento para toda la familia. La diferencia entre los años 50 y los 80 es abismal, pero a nosotros también nos gusta mucho el resultado de esa extraña reconversión. Liberace, los magos Sigfried & Roy, los megahoteles y complejos de ocio… cuando nos casamos en 1999 empezamos a notar la previsible desaparición de ese modelo de explotación. Un lustro después contemplamos horrorizados el nuevo paradigma : hoteles sin moqueta de colores, chill-outs en las piscinas con los djs de moda, aversión a todo lo que ha representado la ciudad, búsqueda de un público joven y marchoso… un espanto. Tenemos una última oportunidad para vivir la ciudad de nuestros sueños, que me temo que ya sólo en ese mundo onírico es como la recordamos. Por el camino que va, por mí que se la trague la falla de San Andrés.
 
La canción que sonó inmediatamente después de darnos el “Sí, quiero” fue VIVA LAS VEGAS, divinamente interpretada por el Elvis que tuvo a bien convertirnos en marido y mujer. Pues eso, ¡Viva las Vegas! Te dejo algunas imágenes de esos edificios emblemáticos que ya nunca nadie volverá a contemplar, derribados, aplastados y reconvertidos en espacios más funcionales, menos llamativos, menos ordinarios, políticamente correctos… aburridos.
 

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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