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Nueva York en otoño: un viaje imprescindible

El otoño es probablemente la mejor época para conocer Nueva York, con sus parques en un momento espléndido y todo el encanto de la Gran Manzana.

El otoño es probablemente la mejor época para conocer Nueva York, con sus parques en un momento espléndido y todo el encanto de la Gran Manzana.
Un rincón de Central Park | Viajes El Corte Inglés

Quizá Nueva York no sea la ciudad más hermosa del mundo, pero sin duda es la más apasionante y, al cabo, puede ser bellísima y es, desde luego, un destino imprescindible para el viajero que sea amante de la belleza: la que se encierra en sus museos, la que se ve en sus edificios –sí, Nueva York no tiene sólo rascacielos sino que hay no pocas maravillas arquitectónicas- y también la belleza que se desparrama, perdonen la expresión, en sus parques y jardines, sin duda unos de los espacios más bellos y sorprendentes de la ciudad.

Parques que son una maravilla en invierno, en las no pocas ocasiones en las que se cubren de nieve; o en primavera cuando vemos en ellos estallar la vida y la naturaleza; incluso en verano, ese momento en el que la ciudad casi no nos da un respiro como sea el frescor verde de Central Park, de Prospect Park o incluso de rincones más pequeños como el delicioso Bryant Park o los parques junto al Hudson.

Pero si hay un momento del año en el que los parques neoyorquinos justificarían por sí mismos un viaje a la Gran Manzana, ese es el otoño, los meses en los que la naturaleza avanza fatigada hacia la hibernación del duro invierno.

Voy a ahorrarles las cursilerías sobre las sinfonías de colores y, a cambio, les hablaré de dos hombres: Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux, los diseñadores de los dos mayores parques de la ciudad, Central Park y Prospect Park. Es posible que Olmsted y Vaux sean los más geniales paisajistas y de la historia, y tampoco es descabellado decir que estos dos parques neoyorquinos son sus obras más destacadas.

El skyline más famoso del mundo | Viajes El Corte Inglés

Cada árbol, cada camino, cada pequeño montículo, cada lago y cada ladera de estos parques fue una decisión consciente y meditada de estos hombres, y como fruto de su inteligencia y su habilidad surgió un paisaje que es artificial, sí, pero que resulta tan brillante que en no pocos lugares parece completamente natural y fruto del azar. Pero difícilmente el azar habría podido producir por sí mismo esos frondosos rincones y esas vistas con los rascacielos al fondo.

Mezcla irresistible de esta naturaleza y la más urbana de todas las ciudades del mundo, Nueva York es, también en otoño o más que nunca en otoño, un destino apasionante, bello y que, en suma, hay que conocer.

Viajes El Corte Inglés pone a disposición de sus clientes ofertas especiales para viajar a Nueva York durante este mes.

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