Uno de los mayores atractivos de España y pilar en su economía es el turismo. Nuestros visitantes buscan en verano el atractivo de nuestras playas y calas; la tranquilidad de sus aguas y el envoltorio de excepción que le dan los pueblos costeros en los que se encuentran.
La Costa Mediterránea es, a todas luces, una de las más concurridas, destino favorito de millones de turistas que hacen cada año las maletas con destino a España.
Hoy, nos centramos en tres provincias, aunque son muchísimas las que esconden en su litoral lugares mágicos. Te descubrimos sólo algunos de ellos.
Comenzamos en la costa catalana, que tiene más de 700 kilómetros de los cuales 340 están ocupados por los paisajes más paradisíacos. Te recomendamos que vayas buscando alojamientos en Gerona porque esta provincia de la Costa Brava tiene mucho que ofrecer.
Destacamos en primer lugar la Cala Estreta, un paraje pequeño, de menos de 100 metros, en el que el encanto reside en su naturaleza virgen. Si lo que te gusta es descansar y disfrutar de la calma, fuera de las aglomeraciones, es el lugar ideal.
En Begur, municipio de la provincia, tenemos dos protagonistas: las calas de Sa Tuna y Aiguablava, con un paisaje que te transporta automáticamente a los destinos más tropicales del mundo. Y finalizamos con Aiga Xelida, un arenal de unos 25 metros donde el descanso está asegurado.
Sin salir de Cataluña viajamos ahora a la capital, Barcelona, una ciudad en constante cambio que guarda, sin embargo, el encanto de lo original en sus playas.
Si te lo decíamos antes, ahora te recordamos que busques alojamiento en Barcelona porque hay mucho que ver. Recomendamos una playa urbana que cuenta con todos los servicios necesarios para disfrutar de un paisaje idílico con el extra que le aporta su céntrica ubicación. Estamos hablando de la playa de Ocata, famosa entre otras cosas por su club náutico.
Y para finalizar, nos desplazamos hasta la costa de Castellón, donde resalta un pequeño pueblecito con un encanto especial. Es Alcossebre, una de las mejores localizaciones para hacer turismo. Indicado tanto para familias como para los jóvenes, este pueblo tiene una costa indescriptible.
A pesar de no ser muy extenso, engloba varias playas de las cuales resaltamos dos: la playa del Cargador, la más céntrica al pueblo y al lado de los chiringuitos más emblemáticos.
La otra playa es La Romana, a continuación de la anterior. Es algo más tranquila y menos concurrida, aunque igualmente accesible. Ambas tienen aguas con temperaturas óptimas y arena fina.
Y cómo no, llega el momento de descubrir las joyas de la corona: sus calas. También cuenta con bastantes, aunque nuestra selección se centra, en un primer lugar, en Cala Mundina, una zona muy poco concurrida al lado del faro. Unas vistas impresionantes y una sensación de exclusividad invaden a quienes la visitan. Aunque su acceso no es demasiado sencillo, recomendamos hacer el esfuerzo.
Cerramos nuestro recorrido por Alcossebre en la Cala Blanca. Es muy pequeña y su arena es algo más gruesa de lo normal pero las vistas merecen la pena. Suele ser una zona tranquila aunque no prometemos que en temporada alta no encuentres "compañeros de cala". No dejes de sorprenderte, piensa dónde dormir en Castellón y empieza a hacer las maletas. La Costa del Azahar está por descubrir.