En el restaurante Sal Negra buscan la excelencia en el servicio y en la cocina y el comensal la encuentra. Su propietario, José de la Cruz, asegura que "nuestra experiencia y profesionalidad nos han llevado a ofrecer la tradición, técnica y el producto a nuestros comensales para que sientan una experiencia memorable". Y lo mejor es comprobar de primera mano que vas a vivir una aventura gastronómica de altura.
El restaurante, ubicado en la calle Mateo Inurria, 33 de Madrid, muy cerca de la plaza de Castilla, es acogedor. Te recibe una barra de bar y el salón comedor está presidido por una barra central a modo de isla en la que puedes ver cómo emplatan los platos fríos de la extensa carta de Sal Negra.
Dos de ellos te los sirven de aperitivo: un helado de tomate y albahaca y un crujiente de remolacha, perfectos para abrir boca y comprobar con una exquisita cazuela de berberechos al vapor que en este restaurante no se toman a broma la calidad de la materia prima con la que trabajan ya que traen los productos frescos directamente de las lonjas gallegas, no de Mercamadrid.
Paco Pereira, chef de Sal Negra y gallego de nacimiento, asegura que sus raíces se notan en su cocina, pero que está en continuo aprendizaje todos los días de todo el que pasa por su vida, de ahí que "la carta incluya platos de distintas procedencias, desde Navarra has el propio Perú".
Esa continua evolución la vemos en el pincho de arenque con sus huevas sobre mango y guacamole. Una mezcla de sabores que se juntan en tu boca para que el disfrute sea máximo. También hay que destacar el buen hacer que tienen en el horno con un corazón de alcachofa relleno y gratinado y con un espectacular erizo gratinado, con todo el sabor a yodo del mar.
Y combinando lo mejor de este lado del Atlántico y las influencias de allende los mares llega a la mesa un muy bien elaborado tiradito de lubina con ají amarillo.
La carta de Sal Negra es amplia y variada, cuenta con la virtud de ofrecer muchas cantidad de medias raciones para que se puedan probar más platos como por ejemplo ensaladilla rusa, jamón ibérico de bellota, buñuelos de bacalao fritos en tinta de calamar, zamburiñas con velo ibérico, croquetas, ortiguillas o pulpo, entre otros.
Y en los principales, los reyes son los pescados y las carnes. De los primeros probamos el pez raya a la gallega. Una delicia, perfectamente cocinada y con un sabor intenso. Además, este plato aguarda una sorpresa que te dejará con la boca abierta, pero lo mejor es probarlo y que no sea yo el que hace un spoiler.
De los segundos, los escalopines de solomillo con salsa perigourdine, elaborada con trufa y boletus. La carne, que se deshace en la boca, está espléndidamente acompañada por la salsa y unos dados de patatas fritas.
Para terminar esta "experiencia memorable", como prometía José de la Cruz, un surtido de postres que cuenta con una filloa de crema, una bola de helado de Pedro Ximénez con pasas y un suave requesón con vino tinto, compota de membrillo, higos, pistachos y cristales de violeta.
Sal Negra es un restaurante perfecto para compartir, para una comida o cena de empresa, te organizan un evento, tienen terraza y puedes alargar las sobremesas con sus cócteles y combinados. La carta de vino cuenta con más de 120 referencias nacionales e internacionales y también espumosos para los amantes del cava y champán. El ticket medio está entre los 40-50€ por persona.
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