A Toulouse se la llama la "Ciudad Rosa" por sus fachadas. En la región se denomina "foraine" y es una tradición muy antigua que ha llegado hasta hoy. Las fachadas están cubiertas de colores que van desde el rosa hasta un naranja intenso, una característica propia de Toulouse que otorga a esta ciudad del sur de Francia una personalidad propia. Esa personalidad se aprecia desde la primera calle que se ve, llegando desde su cercano aeropuerto, a su maravilloso, llano y accesible centro histórico.
Toulouse es una ciudad histórica repleta de tesoros para un viaje con los más pequeños (y os aseguro que para los mayores) que además es la capital mundial y europea de la aeronáutica porque en ella se encuentra la sede de la empresa Airbus, entre otros lugares de interés y museos. Aunque su vida cotidiana y su esencia no gira en torno a la aviación por completo.
Cercana a los Pirineos (que incluso se ven en los días despejados), al atardecer la ciudad se transforma y se llena de vida ya que sus vecinos salen a la calle para practicar eso que tanto les gusta a los franceses, el terraceo y salir a cenar. Bajo los últimos rayos de sol que iluminan sus coloridas fachadas, en la ciudad se mezclan las bicicletas, peatones y coches en una armonía casi perfecta, lejos de ser peligrosa para los incautos y despistados niños aficionados a soltarse de la mano. Una ciudad también rebosante de vida gracias a los miles de universitarios que pasean por sus calles y llenan sus terrazas durante las tardes.
En su casco histórico, en las cercanías del río Garona se cruzan callejones serpenteantes y grandes avenidas que podrían rivalizar con las de la mismísima París. En ellas encontramos tiendas y fachadas típicas como en la Rue du Taur, la Rue des Changes, la Rue des Filatiers o la Rue Bouquières, las más típicas y casi de obligado paseo. O los salones de té en el distrito Antiquaires y la catedral de St Etienne, entre otros puntos de esta urbe francesa, capital de la región de Occitania, sorprendentemente salpicada de carruseles antiguos, algo que añade aún más encanto a sus siempre pobladas calles.
Lugares de visita obligada con niños
La Ciudad del Espacio es sin lugar a dudas es el plan ideal para toda la familia. Situado en un entorno a las afueras de Toulouse, se puede llegar fácilmente en taxi o en autobús urbano, la entrada incluye la visita al espectacular museo y al resto de las instalaciones del recinto, entre las que destacan una enorme lanzadera espacial, la réplica de una antigua estación espacial internacional (incluso que es posible ver por dentro) o pequeños satélites desperdigados por sus alrededores. La Ciudad del Espacio es perfecta para los pequeños aspirantes a astronautas y un lugar único en Europa en materia de difusión de la cultura espacial y astronómica. Prueba de ello es que recibe al año unas 375.000 visitas. Cabe destacar que el español es uno de los idiomas en los que se pueden leer o escuchar las imprescindibles explicaciones de cada zona.
Aeroscopia, es otro fascinante museo dedicado a la aviación. Se trata de un edificio de 7.000 metros cuadrados cuyo diseño arquitectónico recuerda al fuselaje de un avión y que fue inaugurado en 2015. En su interior se exponen una veintena de aviones históricos, así como maquetas, simuladores y rincones interactivos que harán las delicias de los más curiosos.
La Halle de las Machines es otro museo y al mismo tiempo parque temático, aunque no exactamente. Esta propuesta es la creación de una empresa francesa que fabrica autómatas de gran tamaño con temática de fantasía industrial y que también es posible encontrar en otra ciudad francesa con mucho encanto, Nantes. La imaginación fluirá al ver el espectáculo del gran minotauro mecánico sobre ruedas, que recorre las inmediaciones del hangar donde se encuentra este peculiar museo. Además, en sus instalaciones se puede ver una araña mecánica que puede alcanzar los 13 metros de altura en posición de marcha.
Otros lugares de interés para visitar en familia son el Museo de Ciencias Naturales de la ciudad, pegado a la universidad, el segundo más importante de Francia después del de París, o los talleres de montaje de la empresa Airbus.
En el aparado gastronómico destacan la pastelería y restaurante Sandyan, salón de té de alta gama del chef Yannick Delpech, famoso por sus postres trampantojos, y el restaurante Chez Navarre, típica comida casera francesa en un acogedor establecimiento situado en el centro histórico, aunque no en el circuito más transitado, casi imposible de encontrar a primera vista, excepto por sus clientes habituales, un detalle importante ya que en él encontraremos un buen servicio, buena comida y sin turistas.
Los rincones históricos que no hay que dejar de ver
Uno de los lugares más famosos de toda la ciudad es el Capitolio. Es el edificio más representativo de la Ciudad Rosa, que está situado en la plaza del Capitole desde el siglo XVIII. En él se encuentran el Ayuntamiento y el teatro del Capitole, además de una interminable cantidad de tiendas y restaurantes bajo los soportales de su amplia plaza.
Cerca de la plaza del Capitole se nos presenta la basílica de Saint-Sernin, de piedra y ladrillo del siglo XI, es considerado el edificio románico más amplio de Occidente y que fue, y es, una etapa primordial del Camino de Santiago, además de Patrimonio Mundial de la Unesco.
Uno de los tops de la típica visita por el centro de Toulouse es el Convento de los Jacobinos, Lo primordial del edificio, que encantará al visitante, es su magnífica bóveda en forma de palmera, que es muy recomendable ver durante la mañana, con el cielo despejado. En su iglesia de doble nave con decoración pintada y magníficas vidrieras encontramos las reliquias de Santo Tomás de Aquino.
Uno de los principales protagonistas de la ciudad, centro de vida y testigo de muchos pasajes históricos durante los años es el río Garona. De especial importancia para la ciudad, es su arteria vertebradora y desde el río se ha edificado la ciudad a lo largo de los años. Para sentirse como un vecino más de la ciudad, recorrer el paseo bajo el Pont Neuf, a la orilla del Garona, es experimentar la esencia de la vida tolosana después del trabajo.
No hay que olvidar el Canal du Midi, cuyo paseo en barco es una de esos planes obligados si se visita la ciudad, también Patrimonio de la Humanidad. El canal del Mediodía es una vía navegable de Francia que une el río Garona en Toulouse con el mar Mediterráneo.