Desde finales del año pasado Trenco Gastrobar reluce en el número 105 de la calle Infanta Mercedes de Madrid y lo hace no sólo por su espectacular fachada de tonos azules y blancos sino por su interior, en especial por su cocina. Al frente del proyecto se encuentran José Díaz y Jorge Trenco, dos empresarios madrileños que se han reinventado con la pandemia.
Muchos amantes de las barras y las mesas altas las hemos echado de menos, pero han vuelto con fuerza y éste es uno de los secretos de este restaurante de cocina tradicional pero actualizada. Tres espacios para satisfacer el gusto de todos los comensales: una larga barra de mármol blanco con taburetes de madera y mesas altas para disfrutar del aperitivo o un picoteo informal; un salón comedor ubicado en la planta alta con mesas de mármol y forja de hierro para disfrutar de la comida con su sobremesa; y una terraza en la que gozar del buen tiempo o de cualquier momento del año gracias a sus calefactores. Además, en la entrada tienes otras dos mesas altas de madera con taburetes perfectas para los amantes del sol.
Con una presentación así no hay quien se resista a probar la propuesta gastronómica que ofrece Trenco Gastrobar, con productos de alta calidad y de temporada. Puedes comenzar con un aperitivo con las famosas gildas, lomos de sardina ahumada, el matrimonio de boquerón con anchoa de Santoña, la tortilla de patata recién hecha o los torreznos con patatas revolconas. Clásicos de la cocina española que nunca fallan y que los puedes acompañar de una cerveza muy bien tirada o por uno de los vinos de una carta cuidada al detalle y que ofrece la opción de grandes marcas por copa.
Pero si te va la marcha y quieres arriesgar un poco más, te recomiendo que empieces por una espectacular tosta de foie con mermelada de higos y reducción de Pedro Ximénez (7€). La tostada es generosa, así como el trozo de foie a la plancha. El toque del vino dulce acompaña muy bien a la tosta. Si no te gusta esta opción, que no a todo el mundo le agrada el sabor y la textura del hígado de pato, puedes empezar con unos saquitos de pasta wonton de queso provolone y tomate confitado (9,90€), aunque le falta algo más de sabor.
Otro de los platos que destacan en esta cocina castiza a la que le gusta integrar otros productos de diversas regiones son los oricios con micuit de nécoras y huevas de oricio gratinadas al champán (16€). El sabor a yodo de los erizos y las nécoras con el micuit y el champán recuerdan al sabor que tiene el txangurro, así que un éxito asegurado.
Y cómo no iban a mezclar la pasta italiana con los mejores productos y platos tradicionales de la gastronomía española. Probamos el canelón de remolacha relleno de rabo de toro (15€) en el que tanto la pasta de remolacha que le da ese color morado intenso como el exquisito relleno de rabo de toro, con la bechamel y el gratinado sellan un plato redondo.
Tanto como los raviolis de gamba roja, que los preparan con leche de coco y curry verde con mantequilla de jengibre (15€). Son bocados llenos de sabor en el que disfrutas tanto del relleno como de la salsa, esa que puedes terminar mojando pan.
En Trenco también tienes platos del día como el cocido, los callos a la madrileña, confit de pato con arroz salvaje o chipirones con tomate en tempura, así que te puedes pasar a probarlos de lunes a viernes. Y para los golosos, la carta de postres es reducida pero merece la pena probarla, sobre todo la torrija en pan de brioche (6€).
En Madrid somos de barra, de mesas altas, de comedores sencillos y también de lujo, somos tabernarios y en Trenco Gastrobar lo saben. Una casa de comidas perfecta para disfrutarla con amigos, familia y pareja, con una calidad muy buena y a un precio muy competitivo ya que su ticket medio ronda los 35€.
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