Casa Orellana abrió hace unos meses su segunda sede en la capital, esta vez en el barrio de Chamartín -plaza de la República del Ecuador, 2- con el mismo concepto que su hermana mayor de sabores castizos, raciones, cañas y vermuts, pero en un local más amplio y cómodo.
La decoración de esta taberna refinada destaca por su elegancia y buen gusto, con grandes lámparas colgantes, paredes repletas de conservas y botellas de vino y manteniendo el color burdeos santo y seña de la casa que hace de cada sala un lugar especial en el que disfrutar de la propuesta gastronómica del chef Guillermo Salazar.
El chef sevillano vio crecer en la capital hispalense su pasión por la cocina también influido por su abuela bilbaína, quien le transmitió el cariño por el recetario vasco. Tras pasar por los fogones de Akelarre y Arzak, y después de nueve años en las mejores cocinas de Nueva York, Guillermo Salazar busca volver a las raíces inspirado en los sabores de siempre con una propuesta de tapas, raciones, guisos, carnes y pescados.
Una carta con una propuesta castiza y actual que combina el picoteo con la tradicional casa de comidas en la que el protagonismo es el sabor de siempre a base de un buen producto.
Recuperado el espíritu tabernario de los madrileños, en Casa Orellana puedes disfrutar de una amplia carta y con esa maravilla que cada vez más restaurantes implementan de las medias raciones, aquí incluso tienen el concepto de 'tapa'. De picoteo para acompañar la caña o el vermut tienes la gilda Orellana (4€), la ensaladilla de centolla (T. 8€, M. 11€, E. 18€), una buenas croquetas de rabo de todo (3€ unidad) o los torreznos (T. 5€, M. 7€, E. 10€), entre otras cosas, como el mollete de "pringá", la novedad del de calamares a la andaluza y mayonesa de ajos asados o la hamburguesa de vaca madurada.
Además, fuera del horario de cocina puedes degustar de una gran selección de quesos españoles y embutidos ibéricos como el jamón y el lomo ibérico Carrasco.
La buena materia prima la puedes comprobar también en un muy rico steak tartar con chips de tupinambo (20€). Acuérdate de pedir al camarero el toque de picante para que lo preparen a tu gusto. Y si eres de guisos y platos de cuchara, tienes desde unas lentejas con chistorra de Navarra a unas espectaculares carrilleras ibéricas al palo cortado Don Zoilo (M. 13€, E. 19,5€). Para los dulzones, la opción es escasa pero la torrija con helado de turrón (9€) merece que la probéis.
De la carta de bebidas cabe señalar que cuenta con una cuidada selección de vinos por copas y una sección de joyas y botellas de edición limitada dentro de "Los Caprichos de Casa Orellana". Una buena selección de etiquetas especiales y acordes a la propuesta gastronómica creada por Cuenllas.
En los pescados, han incorporado novedades como las gambas blancas de Huelva al ajillo, los huevos rotos con tartar de atún o los boquerones gordos fritos en mariposa. Todo un abanico de posibilidades para que pases una gran velada en la compañía que elijas, ya sea amigos, familia, pareja o esa reunión de trabajo que necesita de algo más de intimidad en su reservado para 8 personas. Además, cuenta con una estupenda terraza para los días más calurosos aunque también adaptada a las estaciones con un clima más duro, todo con un ticket medio de unos 30€.
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