TOTÓ lleva cuatro meses dando guerra en Madrid con una propuesta gastronómica que recupera la esencia de la cocina italiana clásica. De la mano de MABEL Hospitality, este restaurante conjuga la alta gastronomía con los espacios exclusivos, la excelencia en el servicio -con Jorge Dávila como director de sala- y una experiencia de ocio completa gracias a la música en directo con la que te deleitan a diario.
En un local contiguo a su hermano mayor TATEL, del que ya hemos hablado en Libertad Digital, este nuevo proyecto de Manuel Campos Guallar, Abel Matutes Prats y Rafael Nadal y que cuenta, entre otros, con socios como Cristiano Ronaldo, Pau Gasol o Rudy Fernández, cuenta con el prestigioso chef italiano Emiliano Celli, de la Taverna Trilussa de Roma, toda una garantía de calidad.
El chef se ha inspirado en recetas mediterráneas e italianas de los años 50 y 60, una época muy dura de posguerra que motivó a una cocina muy creativa y que acabó descubriendo nuevas técnicas, productos y sabores, con materias primas tradicionales.
De esa cocina con el máximo respeto al producto, con alimentos ecológicos y sostenibles, llega a la mesa una excepcional parmigiana di melanzane (18€), un milhoja de berenjena con tomate y parmesano gratinado que efectivamente te transporta a la bella Italia.
También la carta líquida tiene una encendida defensa por el producto italiano ya que cuenta con numerosas referencias nacionales e internacionales, pero en la que destaca los vinos italianos.
Otro de los platos tradicionales es el vitello tonnato (19€), ternera blanca loncheada con una salsa fina de anchoa, alcaparra y atún. Un buen plato para seguir disfrutando de un ambiente inspirado en la época dorada del cine italiano de los años 50 y 60, como homenaje al protagonista de la película Cinema Paradiso.
El espectacular diseño del nuevo restaurante corre a cargo de MABEL Design, dirigido por Marta Fueyo. Una decoración donde destacan la tenue y cálida iluminación sobre las mesas y los materiales nobles, como la madera recuperada, las vigas vistas o el estuco, que se complementan con una seleccionada colección de fotografías de la Italia de los años 50. TOTÓ cuenta con un imponente y cálido salón de más de 600 metros cuadrados , que incluye espacios reservados, una espectacular barra abierta a la cocina y un escenario central, presidido por un piano para disfrutar de su diaria programación de música en vivo.
Y como no puede ser de otra forma, hay que terminar probando las pizzas y la pasta de TOTÓ. En este caso disfrutamos con una muy buena pinsa con mortadella (19€), mortadela italiana, queso strachiatella y un toque de miel.
La diferencia entre la pinsa y la pizza está en la masa ya que la pinsa se elabora con una mezcla de harinas con soja, trigo, arroz y aceite de oliva, lo que da como resultado una base más ligera y crujiente, con un período de fermentación de tres dias que hace que sea más digestiva que la pizza tradicional.
Para la pasta probamos un espectacular mezze maniche alla carbonara (20€), un tipo de macarrón con huevo, carrillera curada o guanciale, pimienta y queso pecorino. Para pedir y repetir si te queda hueco en el estómago.
Como lo tipico de un italiano es el tiramisú y la panna cotta, probamos un cannolo con ricotta, pistacchio e sapore d'arancia (10€), que son unos canutillos rellenos de chocolate, queso ricotta, pistacho y toque de naranja.
En esta gastronomía de recuerdo disfrutarás de una maravillosa velada en compañía de amigos o de tu pareja para comer o cenar. También puedes gozar de un aperitivo en su espectacular barra con cócteles y destilados clásicos por un ticket medio de 50-60€.
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