Íñigo Urrechu lleva desde los años 80 dando guerra en los fogones y en Urrechu Velázquez su creatividad y saber hacer nos revela una carta en la que el producto de calidad es el protagonista y en la que las elaboraciones de cada plato tienen un por qué.
Ubicado en el número 150 de la calle de Velázquez, este restaurante se caracteriza además por ser un oasis dentro de la capital gracias a su terraza rodeada de vegetación y con el sonido relajante de las fuentes que acompañará una experiencia gastronómica notable. Además, Urrechu Velázquez está lleno de rincones y salones, hasta cinco, para todos los gustos y ocasiones. Puedes disfrutar tanto de una velada romántica, como de una comida con amigos o familia, para cualquier tipo de celebración y comida de negocios, en la que el cliente saldrá encantado.
Disfrutando de la terraza, del gazpacho y de las croquetas que nos sirven de aperitivo, lo acompañamos con un refrescante y delicioso bloody mary mientras nos ponemos en manos del atento servicio de sala para disfrutar de una maravillosa experiencia gastronómica basada en el producto de calidad y de temporada. De ahí unos buenísimos lomos de antxoas con tomate troceado y encurtidos (23,50€).
Urrechu combina las mejores materias primas con el ingenio y las creativas técnicas culinarias, además de aportar su experiencia con los sabores característicos de la cocina vasco-navarra. Recomiendo probar los briochitos de centollo y de rabo de toro (18,50€), los dos muy ricos, pero mejor el segundo que el primero.
Como decíamos la experiencia y trayectoria del reconocido chef Íñigo Urrechu es extensa. Desarrolló gran parte de su carrera de la mano de Martín Berasategui, con quien llegó a ser jefe de cocina. Posteriormente trabajó con Didier Oudill en el restaurante Le pain Adour et fantasie –con dos estrellas Michelin– y en el que también alcanzó el puesto de jefe de cocina antes de trasladarse, en 1993, a los fogones de El Amparo, donde logró hacerse con una de las ansiadas estrellas.
Acompañados en todo momento por uno de mis vinos favoritos, un tinto Abadía Retuerta Selección Especial 2018, continuamos deleitándonos con un maravilloso steak tartar (25,75€), con el punto perfecto de picante que previamente habíamos advertido.
Y para seguir probando la carta, uno de los platos más icónicos de la cocina vasca, un bacalao al pilpil sobre ajoarriero (27,40€). El pescado, espectacular, con una salsa ligada y suave y perfectamente acompañado por las verduras.
Como dice el propio chef: "Un artista da color, un cocinero da sabor y en Urrechu Velázquez damos pinceladas gastronómicas para crear el arte de la cocina". Y de ese arte pasamos a la carne, esta vez cocinada, y muy bien, con una exquisita carrillera de Kobe (28,80€).
Por si todo esto fuera poco, de postre dos muy buenos: el chococheese (9€), una buena tarta de queso y chocolate blanco y la acertadísima recomendación de los dados de torrija artesana con pincelada de café con leche y su crema helada (8,65€).
En Urrechu Velázquez vas a disfrutar de su selecto ambiente, del servicio y de la cocina con un ticket medio de 50€. También cuenta con servicio de aparcacoches, que en Madrid nunca viene mal.
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