Desde el año 1902 el Café Barbieri ha visto pasar por sus mesas a escritores, pintores, músicos, políticos, artistas y personalidades del mundo de la cultura, además de infinidad de ciudadanos anónimos que se han acercado a este café bar para disfrutar de un rato de ocio gastronómico.
El local toma el nombre del antiguo Teatro Barbieri, homenaje al músico madrileño Francisco Asenjo Barbieri, y tras estar un año cerrado quiere recuperar el encanto de su primera etapa devolviéndole su singular imagen con mesas de mármol y madera, sofás de terciopelo rojo, amplios ventanales, grandes espejos y presidido por Erato, una de las nueve musas que representa la lírica coral y poesía romántica.
Bajo la gestión del empresario hostelero Paul Torriglia de Altolaguirre, de origen genovés, han dado un giro en su planteamiento gastronómico con una carta homenaje a la cocina tradicional italiana con ingredientes de máxima calidad.
Y de la carta probamos el clásico vitello tonnato (14€), con ternera cocinada durante 6 horas a baja temperatura, servido con emulsión "tuneada" de anchoas y alcaparras y alcaparra dorada. Hay más opciones de entrantes como la caponata o la parmigiana de melanzane, entre otros.
De las pastas las hay clásicas o rellenas, como los gnocci 4Q (12€), con su cremosa salsa de parmigiano, pecorino, gorgonzola, mozzarella y pimienta. O los auténticos spaguetti carbonara (12,5€) con queso pecorino romano y el delicioso guanciale crujiente que le da un fantástico sabor.
El Café Barbieri ha sido adaptado y mejorado su iluminación de la mano del Estudio Mayice. Además de la barra, las mesas altas y el salón principal, dispone de terraza y una sala contigua con una decoración que rompe con el estilo centenario de la sala principal. Así, este nuevo espacio luce una estética vanguardista mediante mobiliario de diseño y un rompedor tono anaranjado en sus paredes, que lo conecta con el momento actual.
Como no podía ser de otra forma, además de los entrantes y las pastas, tienes que probar sus pizzas de estilo veronés, con una masa fina y crujiente de levadura madre natural y harina orgánica seminatural con 60 horas de descanso. Elaborada en un vanguardista horno que está de cara al público probamos la pizza The triple pomodoro power & burrata (12,5€), con la masa fina y crujiente aguantando la humedad que se puede desprender del tomate y el queso.
En este restaurante ubicado en el número 45 de la calle del Ave María, también puedes disfrutar de cócteles y aperitivos con nombres de personajes reconocidos. Nosotros cenamos con un buen vino blanco Fulget Cuvée (26€) para acompañar a todos los platos. Café Barbieri, que tiene un aparcamiento público a escasos 100 metros, es el lugar perfecto para disfrutar con amigos, familia o pareja de una buena comida en un entorno único y centenario con un ticket medio de 25€.
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