Volvemos a Taberna Puerto Lagasca, de la que ya hablamos el junio pasado, porque es de esos restaurantes en los que no te cansas de repetir porque allí te encuentras los mejores productos del mar y de la tierra tratados de manera magistral por su chef Paco Carrascosa, un trabajador incansable que deja su huella en cada plato.
Y más de 12 años lleva dando buena comida y buen servicio este restaurante propiedad de Pepe Caldas, también dueño de Taberna Los Gallos, ubicada en el madrileño callejón gastronómico de Puigcerdá y del que también hablamos en Libertad Digital.
En Taberna Puerto Lagasca es habitual comenzar con el aperitivo de su deliciosa tortilla de patata para continuar probando las delicias que van saliendo de cocina como su ensaladilla rusa (entera 13€ y media 8,40€), con abundante atún y los encurtidos que le dan el toque perfecto.
Y de influencia andaluza probamos unas berenjenas con miel de caña y salmorejo (entera 10,50€ y media 6,80€). Aunque no son las de la Taberna de la Niña del Pisto de Marbella, para mí las mejores, sí que están muy buenas, con un toque crujiente por fuera y esponjosas por dentro, acompañadas muy bien con las salsas, así que recomiendo pedirlas.
Producto de primera calidad
Como rico está también el timbal de tartar de ahumados con salmón marinado y anguila con patata y huevo roto, una combinación de mar y montaña perfecta. Los langostinos salteados con guacamole y espuma de mango me encantan. Es una mezcla del sabor del langostino con la acidez del mango y el toque del guacamole que te proporciona una deliciosa frescura en cada bocado.
Para el que no haya estado, sí tú, te cuento que Taberna Puerto Lagasca tiene tres espacios diferenciados. Nada más entrar te encuentras con una barra y mesas altas para un picoteo informal. Más adelante está el comedor con una decoración que recuerda a la típica taberna de un pueblo marinero en la que el blanco y el azul, junto a los espejos, te invita a sentarte y disfrutar de una estupenda velada. Además, cuentan con una terraza perfecta para disfrutar del aire libre y a la espera de ser reformada, según nos cuenta el propio Pepe Caldas.
Este restaurante marinero ubicado en el número 81 de la calle de Lagasca permanece fiel a su filosofía de calidad a precios razonables por lo que tiene una clientela fiel que le gusta repetir para disfrutar de una carta en continuo movimiento. De ella seguimos disfrutando con un muy buen arroz socarrat con chipirones a la plancha. Y un fin de fiesta perfecto con el taco de costilla de buey laqueada (13€ / 2 unidades) con pasta de cilantro, maíz, cacahuete, leche de coco y jalapeños. Le puedes pedir al camarero que le dé un toque más picante para disfrutar de un muy buen bocado que te dejará más que preparado para recibir los postres, de los que probamos un rico tiramisú.
Una muy buena y recomendable propuesta gastronomía con un producto de calidad y con un ticket medio de 30€, perfecto para parejas, familia, amigos o para una comida de trabajo, con una carta con información sobre alérgenos.
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