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Bareto te quita el mono de barra y te lo provoca al mismo tiempo

Ubicado en el local que albergó durante 60 años la cervecería Correos, Bareto recupera el espíritu de las barras más castizas.

Ubicado en el local que albergó durante 60 años la cervecería Correos, Bareto recupera el espíritu de las barras más castizas.
Bareto es cerveza fría y tapas en un local histórico

Tras la pandemia del coronavirus muchos echamos de menos las barras y las mesas altas tan características de los bares españoles. De vuelta a la normalidad hemos recuperado su esencia y algunos locales como Bareto han nacido con el firme propósito de recuperar las cervecerías tradicionales madrileñas, con su barra, su cerveza y sus tapas.

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El salón de Bareto

Y hablando de tradición, este bar se asienta en lo que fue la mítica cervecería Correos, que desde 1920 y durante 60 años congregó a políticos, escritores y artistas. Entre la cervecería y el café Lion montaron su peña los del Veintisiete, con Alberti y Lorca al frente, y entre sus ilustres visitantes contaba, entre otros, con un joven Miguel Hernández, con Pablo Neruda y Antonio Machado.

Así que nos encontramos en un local en el que las paredes hablan y también hablan los grifos de cerveza, la bodega y los fogones de una cocina que está abierta todos los días del año desde las 9 a las 2 de la mañana. Puedes desayunar el típico sándwich mixto, un cruasán, la tostada con tomate y jamón ibérico de bellota, o matar el gusanillo a media mañana con un pincho de tortilla. Puedes quedar a tomar el aperitivo y alargarlo hasta que tú quieras o tomar un café a media tarde y mimetizarte con los que se emplazan para ese afterwork tan necesario. También, como no podía ser de otra manera, podrás disfrutar de una cena hasta el cierre en un ambiente con ruido de gente y buen hijo musical.

Cocina sencilla

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Gilda y patatas bravas de Bareto

Y como ya sé que estáis esperando a leer qué se puede comer en Bareto, vamos a ello. Con una cocina sencilla pero agradecida y perfecta para compartir con amigos o pareja, empezamos con un clásico como la gilda tradicional (3,30€), con su aceituna, anchoa y guindilla. También tienes la opción de pedírtela con pulpo, pero ya no es una buena banderilla. Otro de los bocados que puedes pedir para compartir son los montaditos y tostas en pan de cristal. Los hay de seis tipos: matrimonio de anchoa y boquerón, pincho de tortilla de patata, salchichón ibérico de bellota, chorizo ibérico de bellota, ternera asada y chipirones a la andaluza (7€). Probamos este último que es un muy buen bocata que recuerda al de calamares típico pero este tiene un chipirón más fino y una salsa que lo eleva considerablemente. Para la siguiente vez caerá el de ternera asada que también me han recomendado.

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Montado de chipirones

Bareto está ubicado en el número 55 de la calle de Alcalá, a los pies de la plaza de la Cibeles y a dos pasos de la Puerta de Alcalá, exactamente en el Paisaje de la Luz –nombrado recientemente Patrimonio Mundial de la Unesco–. Y supone el desembarco en el centro de la capital de los hermanos Kike y Curro Sánchez del Amo que ya triunfan en Aravaca con Barbillón Oyster, en Majadahonda con Panorama Oyster, en Boadilla del Monte con Tinglado Oyster y con Manto Oyster en la zona de La Piovera. En esta ocasión junto con el empresario hostelero Nacho Horcajada que aporta su experiencia en conceptos de éxito de la zona como Barra y Mantel, Nômadâ y La Flaca, que reabre en el local ampliado que ocupaba Bar Carallo.

Y del buen hacer de unos y otros encontramos unos buenos torreznos Bareto (6€), cortados en finas tiras y con muy buen sabor. Como las patatas bravas receta de Madrid (6,50€), perfectamente fritas y con una muy buena salsa con el ligero toque picante.

Homenaje a la barra

Y si hablamos de que Bareto, como dice su apellido, rinde homenaje al origen de la barra, ésta es parte principal de su local, ya que ocupa el 70% de un espacio decorado por Alejandra Pombo en el que recupera materiales como los azulejos vidriados, el acero inoxidable, la barra en forma de "U" de macael –mármol blanco– y con las recomendaciones pintadas en los espejos.

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La barra de Bareto

Además, cuenta con dos salones principales en los que encontramos mesas de dos a ocho personas y un reservado con varias cavas de vino y televisión para hasta catorce comensales en un espacio privado. Aquí Pombo ha buscado recrear la sensación de estar como en casa con colores y materiales naturales como la madera ahumada y el ladrillo rojizo visto que, sumados a texturas rústicas y una cuidada iluminación, aportan la sensación de calidez que predomina en el ambiente. En las paredes, fotos de archivo en blanco y negro narran la historia de Madrid desde la década de los años veinte del pasado siglo, haciendo referencias a la antigua cervecería de Correos o escenas en negocios próximos. Tanto la barra como los salones y el reservado tienen grandes pantallas de televisión para ver cualquier partido de fútbol.

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Tarta árabe de Bareto

El local además cuenta con una terraza apta para todo el año, dotada de vegetación y tarima de madera, mesas altas y bajas con una ubicación privilegiada que con la caída de la noche se ilumina y se llena de color.

Y no quiero terminar este artículo sin alabar los flamenquines (12€), hechos con cecina de León, carne de vaca madurada y queso cheddar. De los mejores que he comido. Como muy buena y difícil de encontrar es la tarta árabe (7€), el broche perfecto a un menú de tapeo informal que podrás disfrutar por un ticket medio de 25€. Como reza el manifiesto en el que se han apoyado sus artífices: "Nosotros no lo hemos inventado, ya existía. De hecho, probablemente te suene de algo, o quizá de nada. ¿Pero, qué más da? Anda, haznos un favor, pídete algo y disfruta". Dicho y hecho.

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