
Después de 50 años en los que el Club Financiero Génova ha estado disponible solamente para sus socios se ha reabierto para que, de la mano del Grupo Azotea y Familia La Ancha, el público en general pueda disfrutar de un exclusivo espacio, con una de las mejores terrazas 360º de Madrid –con permiso de El Cielo de Hijos de Tomás– y con piscina. ¿Qué más se puede pedir? Sinceramente, que se coma de lujo y a buen precio.

Y el chef Nino Redruello lo ha vuelto a hacer con un producto de primera calidad, un maravilloso ambiente y con un servicio tan fantástico como escaso de ver en los tiempos que corren. Bajo la dirección de David Aguilar y la batuta del que fuera jefe de sala de Santceloni durante diez años, Tomás Álvarez, trasladan a un comedor tradicional la experiencia de las salas más exigentes y elitistas pero con frescura y en un ambiente desenfadado.
Ubicado en el Centro Colón, inaugurado en el año 1973, este nuevo espacio pretende recuperar o mejor de la tradición de ls clubes de los siglos XIX y XX pero adaptándolo a un club del siglo XXI, con la esencia de la experiencia de club intacta, conservando las consignas de exclusividad y de singularidad, pero entendida de una manera contemporánea. Así lo confirma Arturo de las Heras, presidente del Club Financiero Génova: "Se abre una nueva etapa en la vida del Club Financiero Génova con la que hemos querido recuperar los valores que siempre adornaron a este club de negocios, modernizándolo y llevándolo al siglo XXI".

El renovado Club Financiero Génova ofrece unas instalaciones de más de 2.800 metros cuadrados repartidos en dos plantas. La planta 14 del edificio acoge una zona de trabajo exclusiva para socios, dos comedores, además de dos barras y terrazas desde las que se puede disfrutar impresionantes panorámicas de Madrid y donde también se encuentra la zona reservada para eventos privados y corporativos, que dispone a su vez de una terraza propia. Por su parte, en la azotea de la planta 15 se ofrece una propuesta de coctelería de autor con una carta de picoteo y todo ello en una atmósfera más distendida de mesas altas y sofás, con un marco incomparable como es el skyline madrileño de fondo.
LA CARTA de Nino Redruelo
Que la carta esté en mayúsculas no es un error, es que se lo merece. Porque el chef la ha elaborado para que sea amplia y dinámica con el objetivo de "no aburrir al comensal", como comenta el propio Nino. Además, parte de su inspiración la ha encontrado en los más de 100 años de tradición de Familia La Ancha y en su filosofía de respeto al producto, en dos antiguos recetarios (de 1499 y 1920, respectivamente) y en algunas de las casas de comidas que han marcado un antes y un después en la historia culinaria de Madrid.

Ha buscado una personalización de la oferta "para satisfacer tanto a socios como a no socios y para adaptarse a lo que se demanda tanto a mediodía como por la noche". Así, encontrarás clásicos como sus croquetas o versiones como la de la famosa tortilla Velazqueña. Y como el producto es el santo y seña de esta casa, empezamos tras un aperitivo de mantequilla casera ahumada, con unas anchoas en salmuera de Guetaria (24€) acompañadas de un pan con tomate a la parrilla (5€) o los exquisitos salmonetitos de roca fritos (21€), tan delicados y bien elaborados que te puedes comer hasta la cabeza y la espina.
Pero también ha recurrido a recetas rescatadas de antaño y actualizadas como la ensalada de San Isidro o como el espectacular calamar de anzuelo "a lo Sochantre" (25€), una preparación típica gallega a base de tomate que fue bautizada así por Don Manuel María Puga y Parga, cronista gastronómico de principios del siglo XX, en honor a un amigo sochantre –director del coro en los oficios divinos– de la Real e Insigne Colegiata de La Coruña.

La carta cuenta también con otros platos de regusto tradicional como el arroz al horno de pitu de Caleya, los garbanzos glaseados con ternera y cigalitas, la merluza rebozada en salsa verde con berberechos o las albóndigas de ternera de Ávila. Por no hablar de su calidad en las materias primas. Pero os recomiendo dejaros llevar por esas reinterpretaciones del chef de algunas de la recetas más famosas de los restaurantes míticos de nuestra gastronomía.

Así, te encontrarás con el caldo consumado que tomaba Valle-Inclán y sus coetáneos en el Café de la Montaña, una interpretación del memorable bistec del Café de Fornos o el lenguado entero rebozado que preparaban en Casa Aroca. Pero sin lugar a dudas uno de los platos más deliciosos que he probado últimamente fue el rape "a la Jacobina" (36€), un homenaje a la familia Hormaechea que el propio Sacha ha enseñado a hacer a Nino Redruello para que lo replicara en el renovado restaurante del Club Financiero Génova.
Como no podía ser de otra forma, no te puedes ir de ninguno de los restaurantes de Familia La Ancha sin probar la espectacular tarta de queso "Fismuler" (9€), con toques de queso azul y ahumado.
Además de la carta y solo para los socios del Club, funciona un menú de mediodía a 45€ con tres primeros y tres segundos a elegir, postre y una bebida. El ticket medio de la carta del restaurante es de 60€.
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Bodega y cócteles de lujo
La bodega contribuye también a generar esa sensación de exclusividad y singularidad propia de un club privado con una selección más de 200 referencias nacionales e internacionales, con representación de múltiples denominaciones de origen y especial atención al apartado de vinos espumosos, que han sido cuidadosamente escogidos por la sumiller Alba Mozo. En nuestro caso disfrutamos la cena con un buenísimo vino blanco godello Valdeorras O Luar Do Sil (32€) de Pago de los Capellanes.
La coctelería del Club Financiero Génova la firma Luca Anastasio, que cuenta con más de 18 años de experiencia y es considerado uno de los mixólogos más conocidos y respetados a nivel internacional. La imaginación de Anastasio le ha llevado a crear nuevos conceptos, poniendo su creatividad al servicio del Club Financiero Génova, en donde incorpora cócteles de autor sin olvidar las mezclas clásicas que ya tienen un lugar ganado en el paladar de los clientes.
"Lo que buscamos son tragos sobrios y limpios, pero muy bien balanceados y que puedan maridar con la carta del Club. Estamos hablando de cócteles que, muchos de ellos, han estado olvidados y son nombres que en su época tuvieron mucha demanda y ahora los hemos rediseñado", cuenta el mixólogo.
Un diseño a su altura
La renovación estética del nuevo Club Financiero la han llevado a cabo Arquitectura Invisible, estudio liderado por Ignacio Redruello, hermano de Nino y responsable de todos los proyectos de Familia La Ancha, junto con Alejandra Pombo, responsable del interiorismo de algunos restaurantes de Azotea Grupo y de Familia La Ancha.

De la parte conceptual del diseño y del germen del proyecto se ha encargado Arquitectura Invisible, distribuyendo las zonas y adaptando el espacio a las necesidades de los socios actuales. Se trata de un diseño que incorpora flexibilidad de uso y una gran libertad a la hora de circular, que hace que este club histórico se haya adaptado radicalmente a las formas de vivir de un club de hoy en día. "El hecho de que el Club abra también al público en general, ha requerido ser aún más fino a la hora de crear un diseño polivalente y accesible para todos", declara Ignacio Redruello.
Alejandra Pombo ha empleado materiales nobles de toda la vida como mármol concediendo gran protagonismo también a la madera junto a luces cálidas y un mobiliario que evoca al de los clubes tradicionales. "Ha sido un privilegio poder actuar en un espacio emblemático como este, con una terraza 360º de Madrid y de la mano de dos grupos gastronómicos tan potentes", cuenta Alejandra Pombo.