
El Grupo China Crown destaca por su espectacular cocina asiática en sus numerosos restaurantes y de los que ya os he hablado en Libertad Digital. Pero ahora han querido dar una vuelta de tuerca con Indochina Brasa, un restaurante en el que sus artífices, los incombustibles María Li Bao y Felipe Bao, ofrecen a los comensales una experiencia única en la que se une la tradición de la gastronomía del Lejano Oriente con el sabor inconfundible de las brasas.
Ese equilibrio entre tradición y modernidad que se traslada a una carta extensa que te llevará de viaje por la riqueza cultural de la comida asiática que, como os decía, podéis comprobar en China Crow, Bao Li, Lelong, Le Petit Dim Sum, Tottori o Shanghai Mama, cada uno con sus peculiaridades.
Esta nueva apertura del grupo, ubicada en el lujoso centro comercial LaFinca Grand Café, es una decidida apuesta por los sabores tradicionales de la cocina vietnamita o tailandesa mezclado con la mejor carne a la brasa, sin olvidar su archireconocido pato imperial Biejing del que os hablaré más tarde.

Con un producto y elaboración de esa magnitud se agradece que el aperitivo que te sirven sea un caldo de pato, preparado a partir de todos los huesos del ave que les van quedando, con verduras al horno, después lo cocina durante 48 horas para garantizar que obtienen el mejor sabor y para estimular el paladar para que tengas ganas de comer pato, como así será.
También os he hablado de la destreza de Felipe Bao, dueño y chef ejecutivo del grupo, con el dim sum, no en vano tienen un restaurante dedicado a ellos, Le Petit Dim Sum, por lo que es más que recomendable comenzar con alguno de estos pequeños bocados llenos de sabor. En esta ocasión probamos el dim sum variado, de langostino, de cerdo, de pollo, de boletus y trufa y de carrillera. A cada cual mejor y para todos los gustos. Llegan con una temperatura alta así que es recomendable esperar un poco para metértelo en la boca. Muy buenas las croquetas de carabinero (M 8,5€ / E 16€), crujientes por fueras, cremosas por dentro y con buen sabor a marisco.

Una oda al pato
El pato, como comprenderéis, es uno de los grandes protagonistas de la carta y se presenta en distintas preparaciones. Como una que probamos y que está incluída en el menú de San Valentín para que los enamorados que se acerquen a celebrarlo a Indochina disfruten de un pan bao relleno de pato con salsa Foshan, muy similar a la salsa hoisin pero un poco más dulce. El bao lo hacen ellos, llega también calentito así que cuidado con las manos y el relleno es similar al de los rollitos del pato laqueado.

Pero mucho mejor, delicioso, es el pan bao de chipirones (14€), un pequeño homenaje al tradicional bocata de calamares pero más suave gracias a este pan tailandés. También vas a disfrutar con los rollitos de pato Pekín (16€), crujientes y sabrosos.
De nuevo María Li Bao y Felipe Bao no escatiman en la espectacular decoración de sus locales y para este proyecto han contado con el diseño de la interiorista Alejandra Pombo, quien ha ideado un restaurante que cautiva al comensal gracias a su cuidada decoración y sus grandes ventanales, que ofrecen una vista panorámica del lago y el campo de golf y que, además, se pueden abrir con buen tiempo para dar la sensación de estar en una fantástica terraza interior. Tampoco te olvides de pasar por su baño para hacerte un selfie en su espejo con neones.

Como os decía, la joya de la corona, además de la carne y las brasas, es el pato imperial Beijing (M 55€ / E 85€), especialidad del Grupo China Crown y elaborado en un proceso que dura tres días, con 18 horas de marinada y dos días de laqueado y secado. No te pierdas la explicación del chef quien mientras prepara el pato te explica ese cuidado proceso.

Lo primero es esperar a que el pato se descongele para marinarlo durante 18 horas con sales, especias y verduras. Pasado ese tiempo encuajan el pato para quitarle el exceso de sal para que tenga el mejor sabor y les permita luego laquearlo. Antes de laquearlo lo asustan, como al pulpo gallego, con agua hirviendo y vino chino para que la pile quede firme y que no se rompa en el momento del horneado. Después de ese susto se deja secar durante dos horas y ya se pasa a laquearlo.
En el momento del laqueado usan maltosa y otros ingredientes que son los que resaltan el color amarillo cobre, le dan las notas dulces y generan crocante en la piel en el momento del horneado. A continuación, se deja en una cámara durante dos días con tiempo y temperatura controlada, lo que garantiza la piel crujiente y que la carne va a estar suave y jugosa.
Finalmente, cuando se pide en mesa lo terminan en el horno a dos temperaturas, primero a 140º para que se termine de cocinar bien y los últimos 10 minutos se hace a 180º, de esa manera garantizamos que la piel va a estar bien tostada. Como acompañamientos para los rollitos sirven puerro, pepino, membrillo y salsa foshan que ayuda a jugar con todos los matices de sales, dulces, amargos, para conseguir todo el umami en la boca.
Parrilla argentina
Antes de probar la carne a la parrilla, si no eres amante de la carne tienes la opción de probar un fantástico arroz crispy "kubak" con chipirones y caldo de verdura (22€), terminado en la mesa para mezclar el huevo con el arroz crujiente y los chipirones mediante un soplete. El resultado es un plato con muchísimo sabor al chipirón y a las verduras.

Así que la gastronomía asiática se entrelaza armoniosamente con la delicia de las carnes cocinadas con el fuego de su grill. Una carne de primera calidad y un tratamiento en parrilla que hace que el chuletón de vaca (de 76 a 95€/kg) que probamos se deshaga en la boca. Lo suyo es terminar con un postre, pero después de este festival los hemos dejado para otra visita. La bodega también está a la altura del resto del restaurantes, no es tan espectacular como la de Lelong pero es que hay pocas como esa. Pero te encontrarás los mejores espumosos y los vinos de las mejores DO nacionales y también internacionales.
Indochina es un buen restaurante para disfrutar de la cocina asiática que tanto dominan en el grupo y para salibar con las carnes y pescados a la parrila con un ticket medio de 50€, en un local de más de 700 metros cuadrados y con salones privados perfectos para albergar todo tipo de eventos y celebraciones desde cumpleaños a bodas, comuniones, bautizos y eventos de empresa, sin olvidaros de que es una estupenda opción para pasar San Valentín con tu pareja y su estupendo menú por 70€. Además, cuentan con un menú business lunch por 45€ para comer de lunes a viernes. El centro comercial tiene aparcamiento y tres horas gratis.
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