
La Gran Tasca lleva desde el año 1942 sirviendo uno de los mejores cocidos de Madrid o del mundo, como dicen ellos, pero no sólo de eso vive este restaurante, también de una cocina española tradicional elaborada con los mejores productos y eso es lo que hemos probado ahora que la temporada de cocido madrileño empieza a ver su fin.

Producto estacional con elaboraciones de toda la vida, sin más historias y una carta pensada para compartir y disfrutar, llena de platos clásicos pero también con espacio para las verduras de temporada y los guisos caseros. En un local de antaño, que mantiene su esencia intacta, con sillas y mesas de madera revestidas por manteles blancos y paredes llenas de recuerdos de corridas de toros.
En un ambiente de lo más distendido y con el foro a rebosar –se recomienda reservar con tiempo– empezamos saboreando su increíble sopa de cocido madrileño con fideos (8,50€), con un sabor profundo fruto de la elaboración de ese cocido que se prepara durante dos días con 15 ingredientes. Igual de deliciosas las croquetas caseras de nuestro cocido (15€ / 8 unidades), no tan cremosas como las que se estilan ahora pero con un sabor de diez.
También puedes disfrutar para empezar de una morcilla artesana de Burgos elaborada tripa natural y acompañada de pimientos asados en casa o con la chistorra de Navarra frita a la cazuela con patatas panadera al horno. Y como no, con unos sabrosos y crujientes torreznos crujientes de Soria (15,50€) con pimientos de Padrón, esos que unos pican y otros no.

Un nivel alto que se ve superado con unas increíbles ancas de rana premium al ajillo (19,50€), un muy buen producto con una elaboración sencilla pero con ese toque del ajo y el vino blanco que hace de este plato un imprescindible hasta para los aprensivos a este producto.
Historia culinaria de Madrid
Los amantes de las verduras también encuentran su espacio en La Gran Tasca, con opciones como las flores de alcachofa con jamón y salsa casera de romesco, las judías verdes con jamón, las habitas baby salteadas o el panaché de verduras de la huerta rehogadas con ajo y jamón. También los guisos caseros hechos con mimo y a fuego lento para sacar todo el sabor de los productos.

El rabo de toro estofado es el gran referente de la carta y lo probaremos en la próxima visita, si el cocido no lo impide. Además, los callos a la madrileña y los callos con garbanzos son otros de los guisos más relevantes, además del arroz caldoso con bogavante nacional. Con platos así entendemos que la Real Academia de Gastronomía Española seleccionara a La Gran Tasca dentro de los restaurantes míticos que forman parte de la Historia culinaria de Madrid.
Y si lo que buscas es carne, destaca el chuletón de Norteños madurado durante 25 días que sirven a la piedra, unas piedras elaboradas por un tornero que se sirve en mesa en un hornillo individual para que cada comensal termine la carne al punto deseado. Y si no te va la carne de calidad o prefieres otras opciones, puede pedirte un cachopo o las deliciosas chuletitas de cordero lechal (25€) servidas con patatas panadera y que harán las delicias de cualquier comensal. De pescado, las elicias de merluza de pincho, el gallo a la romana o unos buenos chipirones de costa a la plancha (23€) también con su guarnición de patatas.

En la carta líquida, unas 50 referencias con las mejores DO de España y con un trío de espumosos para quienes se decanten por esta opción. Nosotros comimos con un vino tinto Pétalos del Bierzo (26€), DO Bierzo de la Bodega Descendientes de J. Palacios y para acompañar el postre, que son todos caseros, de leche frita casera con canela y azúcar (6,50€), una copa de pacharán.

La Gran Tasca sólo ofrece servicio de comidas de lunes a domingo y junio, julio y agosto permanece cerrado. Así que si quieres comerte su cocido madrileño o disfrutar de su estupenda carta todavía te quedan un par de meses para hacerlo. El ticket medio del restaurante es de 40-50€ y el cocido cuesta 32,50€ por persona. Además, su ubicación –Calle de Santa Engracia, 161– lo sitúa en una de las zonas con más ambiente de Madrid para que puedas continuar con la sobremesa más allá del cierre del restaurante. Cuenta con 2 horas de párking concertado gratuito y sólo nos queda pedir al alcalde de Madrid que les autorice de una vez la terraza, que en estas fechas tanto bien hace a la hostelería.
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