La Alfombra de Flores o el momento cada dos años en el que más espectacular está la Grand Place de Bruselas
Cada dos años, una de las plazas más bonitas de Europa y del mundo, la Grand-Place de Bruselas, se cubre con una alfombra de miles de flores que durante tres días regala a los visitantes una estampa única y efímera. Un evento artístico que engalana está maravillosa e histórica plaza.
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El montaje, de 70 metros se largo y 24 de ancho, está realizada por unos 120 voluntarios y produce casi un millón de flores en menos de cuatro horas.
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Este año, una creación está al cargo de Océane Cornille y ocupó la Grand-Place durante cuatro días. Esta artista de street art de Lieja ha creado Rhizome, un homenaje a Bruselas y al Art Nouveau.
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Para esta 23ª edición de la Alfombra de flores, las dalias han sustituido a las clásicas begonias.
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La Alfombra de flores es un espectáculo efímero que tiene lugar en la Grand Place de Bruselas cada dos años, coincidiendo con el fin de semana del 15 de agosto de los años pares.
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Cada edición está dedicada a un país diferente, por lo que se lleva a cabo una creación específica para la que se utilizan miles de flores, césped y corteza de árbol.
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Para que la alfombra mantenga su esplendor durante cuatro días, las flores se colocan muy juntas para crear un microclima, y los pequeños espacios entre las flores se rellenan con césped.
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El inventor del tapiz floral fue Étienne Stautemas, arquitecto paisajista nacido en Zottegem en 1927.
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Las mejores vistas de la alfombra se contemplan desde el balcón y desde la torre del ayuntamiento. Aunque la larga cola para poder acceder puede llegar a superar la hora de espera.
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Este año, las dalias reemplazarán a las begonias. Estas dalias, cultivadas en Bélgica, son flores resistentes y atractivas que cubrirán más del 80% del área total de la alfombra.
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La estera de este año, que celebra su vigésima tercera edición, quiere rendir un homenaje a Bruselas como capital floral de Europa y también busca poner de relieve a la ciudad por ser un referente artístico y la cuna del surrealismo.
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El objetivo de la artista en esta edición ha sido romper con el diseño clásico de anteriores ediciones y crear una pieza más centrada en el arte callejero.
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El proceso de montaje tiene dos fases: en un primer momento se imprime un croquis con el dibujo del diseño que se instala en el suelo y sobre el que se escriben números que pertenecen, cada uno de ellos, a un tipo de flor. De esta manera, en segundo término, los voluntarios pueden rellenar fácilmente cada zona y formar el dibujo completo.
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