Ahora que la época de las vacaciones de verano llega a su fin para los más tardones, aunque otros las tendrán ya casi olvidadas y los más afortunados están contando los días para disfrutarlas en septiembre, os traigo un plan que sin duda es perfecto para desconectar y tratar de alargar esa maravillosa sensacion de endless summer o ya que hablamos de Castilla y León vamos a dejarnos de anglicismos y llamarlo por su nombre: verano sin fin, ese sueño anhelado por todos.
Este recorrido que os recomiendo por la Ribera del Duero está ubicado en el pueblo de Quintanilla de Onésimo, en la provincia de Valladolid –Carretera N 122, Aranda-Valladolid, km. 325–. Bodegas Arzuaga lleva a sus espaldas más de 30 años elaborando uno de los mejores vinos de España, también reconocido internacionalmente.
Arzuaga es el sueño hecho realidad por Florentino Arzuaga y María Luisa Navarro, dos buenos amigos de la familia y que han visto continuidad con sus hijos Nacho y Amaya Arzuaga, el uno encargado de la bodega y la otra del restaurante que cuenta con el reconocimiento de una estrella de la prestigiosa Guía Michelin.
Es a principios de los años 90, cuando Florentino Arzuaga, tras la compra de la finca La Planta, comienza con la plantación de cepas, la construcción de la bodega y la elaboración de un vino basado en tres premisas: el suelo, el clima y la orientación. Estos tres pilares, unidos a la búsqueda de la máxima calidad, dan como resultado vinos que obtienen el aplauso del público, medallas y grandes puntuaciones en los certámenes más importantes a nivel nacional e Internacional.
Ahora que comienza la época de vendimia es el momento perfecto para visitar Bodegas Arzuega y su ruta enoturística que incluye la Fiesta de la Vendimia con el pisado de uva y la cata de su mosto, además de la degustación de vinos y la visita a su bodega y los viñedos, sin olvidar su hotel & spa de 5 estrellas y su restaurante gastronómico. Alternativas turísticas y de disfrute que os iré detallando a continuación y que son perfectas para vivirlas con tu pareja, con amigos o en familia.
Una bodega espectacular, con la última tecnología a su alcance para hacer el mejor vino y para conquistar a los visitantes también con un espectáculo de luces y de sonido sobre las barricas de huevo de hormigón que sorprenderá al público.
Finca La Planta
La finca La Planta es un lugar donde conviven la flora y la fauna de la zona. Una flora compuesta de pinos, encinas y sabinas y una fauna diversa. Esta convivencia es, sin duda, la constatación del amor que siente la familia Arzuaga por el mundo de la naturaleza. La finca consta de 1.500 hectáreas, todo un lujo en plena Denominación y Milla de Oro de la Ribera del Duero.
Así, en la finca La Planta el visitante, porque se puede visitar dentro de esa experiencia enológica global que ofrece la familia Arzuaga, encuentra 150 hectáreas de viñedos, la encina y el olivo milenarios y una reserva donde conviven jabalíes, ciervos y muflones.
En primer lugar, teniendo en cuenta la fauna, cabe destacar que los animales viven en semilibertad, sin jaulas, cercas o vallas que limiten sus movimientos en un espacio muy amplio para su desarrollo. Por eso, todos aquellos que visitan la finca se pueden acercar a observarlos y contemplar su día a día. Un espectáculo natural que sin lugar a duda cautiva también a los niños.
Pero, además, no resulta menos espectacular situarse a los pies de la encina milenaria de la finca y perder la vista entre su ramaje. Casi mil años han forjado sus formas, sus ramas y su tronco, coprotagonistas y escenario de muchas de las fotos que los enoturistas toman en sus visitas.
Y, como no podía ser de otra manera, el viñedo es otra de las paradas obligatorias en la finca La Planta. Unas viñas en las que la uva tempranillo es la protagonista indiscutible y en las que es posible contemplar el ciclo de la vid y acercarse aún más a lo que esconden los vinos de Bodegas Arzuaga.
El Taller
Otra de las joyas de la corona es el restaurante Taller Arzuaga, que podría tener nombre de serie de Netflix o similar, donde te puedes creer que vas a estar entre costuras o en una cena tan exclusiva que acabe en paranoia, pero aquí sólo vienes a gozar, con la comida y con la bebida, a partes casi iguales.
El restaurante está dirigido por Amaya Arzuaga y está asesorado por Víctor Gutiérrez. Su chef Sara Ferreres es la encargada de dar vida a un menú cargado de producto de primera calidad, de cercanía y que te traslada a esos sabores y texturas tan característicos de una tierra que ha visto nacer de cerca a sus dos comensales castellanoleoneses que probamos el menú Reserva.
Taller es uno de esos restaurantes que dan valor a ese infinito talento femenino que se abre paso en la hostelería, no sólo española. Además de su directora y su chef, la sumiller jefe Irene González es la persona encargada de marcar las claves para que disfrutéis aún más de su propuesta gastronómica acompañándola con un maridaje de vinos estudiado al detalle para sorprenderos.
Los primeros cuatro bocados se sirven en la barra del restaurante, frente a la cocina y con la chef y la sumiller como maestras de ceremonia. Empezamos con el blanco Chardonay fermentado en barrica Fan D.Oro con añadas diferentes que irán desde 2020 a 2017 para acompañar de manera acertadísima cada uno de estos cuatro aperitivos que nos presenta Sara. Damos la bienvenida al vino blanco de 2020 con una hoja de salvia en tempura de azafrán, terminada con roast beef de ciervo. El vino de 2019 va acompañado de un corzo, tratado como un steak tartar con un aliñado parecido y marcado un poquito antes. Con las plantas aromáticas que tienen en el huerto propio del que os hablaré más adelante, han hecho una salsa satay. Para los más atrevidos, unos sesos de lechazo rebozados, nada fuertes y con un sabor muy suave que van acompañando a un blanco de 2018 que va tomando cada año más cuerpo hasta terminar en el de 2017 con un guiño a Florentino, el fundador de Bodegas Arzuaga, cuyos oígenes vascos le hicieron a la chef irse a por unas angulas con su pilpil, acompañarlas con una sala holandesa y con un huevo de codorniz. Corona este primer pase con un crujiente hecho con lechuga de mar.
Cada vez más de moda está la kombucha, en este caso elaborada en Lucientes pero creada por Arzuaga para acompañar a su huerto ecológico, un plato compuesto por diversas hortalizas y vegetales cultivados dentro de la finca La Planta. A la kombucha le han añadido plantas aromáticas como romero, hinojo y hierbaluisa, endulzadas con miel y pasteurizada para que no tenga nada de alcohol y sea apta para todos los públicos. Primero y único pase sin graduación alcohólica, ¡gracias a Baco!
Para masticar este fantástico huerto ecológico del que, a primera vista, destaca por su original presentación, un gallo de corral escabechado, le sigue unos guisantes de Tudela de Duero elaborados con una mousse de jamón y de anguila ahumada. También nos encontramos con una crema de calabaza con polvo de zanahoria y para terminar, una bolita de brócoli con un rebozado de albahaca.
Degustando un buen vino Arzuaga Rosae, elaborado 100% con Tempranillo, nos llega el siguiente pase de Perú en dos pasos. Tiradito de corvina con crema de ají amarillo y pimiento habanero, seguido por la copa de boniato asado con ceviche de corvina, acompañado de maíz cancha y terminado con un granizado de leche de tigre. Dos maravillosos platos que se salen de la cocina tradicional de esta tierra.
Bodegas Arzuaga cuenta además con la exclusiva calificación 'Vino de Pago' para su vino Pago Florentino, elaborado con 100% de uva Cencibel de Castilla-La Mancha, 12 meses en barrica de roble francés y completamente distinto al resto de vinos Arzuaga por el clima y el terroir propio de la finca La Solana, situada en la localidad manchega de Malagón. Un muy buen sorbo acompañado por un delicioso pastrami de lengua de jabalí, con trompeta de la muerte, con trufa y una ensalada de encurtidos. Encontraremos también una costilla de jabalí confitada con salsa agripicante de naranja.
El rico arroz de caza viene flanqueado por una panica de pato y un brioche de mousse de pichón con Pedro Ximénez y pimienta rosa. El pase de pescado llega en la base con una crema de piñones, la cubre el mero braseado y con lechuga de mar con yuzu y huacatay. El mero lo acompañamos con una maravillosa copa de Aprisco, el Albillo de reserva elaborado por primera vez en 2019, con dos años en barrica de roble francés y otro año más en huevo de hormigón.
Buenísimas las chuletillas de cordero lechal con un aroma de sarmiento, acompañadas de causa limeña, mollejas y tubérculo olluco, tamibén del Perú. También delicioso el pichón de la región francesa de Bresse, servido con su pechuga y patita y acompañado por una salsa de membrillo y tamarindo, otra de trigo sarraceno y otra frutos rojos con mostaza, para probarlas todas y decidir con cuál nos quedamos. Los platos salados los terminamos con el tinto Amaya Arzuaga, elbaorado con Tempranillo y Albillo Mayor, con una crianza de 20 meses en barrica de roble francés. Una botella cuya etiqueta tiene un diseño completamente distinto que hace honor a la diseñadora. Su etiqueta es aterciopelada, lo que une las dos pasiones de Amaya: la moda y el vino.
Para el postre, chocolate blanco y mango en diferentes texturas acompañado de yuzu y terminado con los petit four.
Un fantástico menú degustación Reserva por un precio de 110€, 155€ con maridaje. También tienes la opción de otro menú más largo Gran Reserva o de comer a la carta.
Restaurante tradicional
Si no te he convencido con esta propuesta gastronómica, que lo dudo, vas a estar más de un día en el hotel o prefieres una comida típica castellana tienes la opción del restaurante tradicional de Arzuaga. Ya desde su terraza se observa una de las panorámicas más bellas de la zona, con los viñedos como protagonistas.
La comanda de este otro restaurante se basa en la puesta en valor de la cocina más típica de la Ribera del Duero con protagonismo absoluto del lechazo. El restaurante tradicional de Arzuaga pertenecen a Maestros Asadores, por lo que el lechazo asado es, sin duda, uno de sus platos imprescindibles. Pero, además, preparan este producto tan típico de Castilla y León en otras elaboraciones como son las chuletillas o los pinchos de lechazo asados al sarmiento de la vid.
El kilómetro 0 también está aquí presente, por lo que la caza de la finca La Planta se encuentra ampliamente representada en su comanda. Además de otras carnes como el chuletón, el solomillo o la carrillera, en el restaurante tradicional de Arzuaga también elaboran diferentes pescados como la dorada, el rodaballo o la lubina.
El vino también cobra gran protagonismo. Así, las diferentes referencias de la bodega están presentes en una carta de vinos que ofrece maridajes únicos para completar la experiencia gastronómica.
Hotel & Spa
Seguimos desgranando las opciones que te brinda Bodegas Arzuaga para el descanso y disfrute. El Hotel Arzuaga*****, ubicado junto a la bodega, es un alojamiento ideal para todas aquellas personas que quieran disfrutar de la naturaleza, de la viña, de la desconexión y el relax.
Dispone de un total de 96 habitaciones, todas ellas con cada detalle cuidado al máximo para que sus huéspedes disfruten de una experiencia a la altura de un hotel de cinco estrellas. Permite disfrutar también de unas maravillosas vistas a los viñedos de Bodegas Arzuaga. Confort y lujo se dan la mano en un hotel que, además, ya se ha convertido en referencia gracias a sus diferentes espacios para la celebración de bodas y eventos y congresos empresariales.
Hotel Arzuaga cuenta además con una zona de spa y wellness, un espacio único en el que encontrar un completo circuito termal y diferentes tratamientos. El spa cuenta con diferentes tratamientos, todos ellos llevados a cabo por profesionales del sector. Desde rituales de spa como la ducha Vichy o el Ártico, una experiencia estimulante nacida del encuentro entre el frío y el calor para una profunda relajación, hasta llegar a un área más lúdica con baños aromáticos o, por ejemplo, el circuito Vino-spa. Pero también pone a disposición de los visitantes una amplia oferta de masajes relajantes, orientales y personalizados, así como tratamientos de belleza y anti-age con colágeno, ácido hialurónico o con silicio marino.
Y, como no puede ser menos teniendo en cuenta el vínculo con el vino, también ofrece sesiones de vinoterapia, que proporcionan increíbles beneficios para la piel. Entre ellos, destaca la exfoliación con semilla de uva o la envoltura Gran Reserva, un método a base de uva morada que aporta a la piel un aspecto más joven.
Dentro de la oferta de Hotel Arzuaga destaca la celebración de diferentes fiestas a lo largo del año. Así, entre ellas se encuentran la Feria de Abril, San Juan, Fin de Año o la Fiesta de la Vendimia.
Música, gastronomía, buen ambiente, diversión y, por supuesto, buen vino son elementos comunes en todas estas celebraciones que congregan a cientos de personas cada año tanto en los espacios interiores del hotel como en su extenso jardín de pinos. Pero, además, cada una de estas fiestas cuenta con una decoración y una programación específicas centradas en sus propias temáticas. Las hogueras de San Juan, la fiesta de Fin de Año, el pisado de la uva en vendimia o los trajes flamencos en la Feria de Abril ya se han convertido en momentos tradicionales cada año en Hotel Arzuaga.
Además, este tipo de ferias se complementa con ofertas y packs específicos para todas aquellas personas que deseen alojarse en el Hotel Arzuaga.
Huerto ecológico y sostenibilidad
Bodegas Arzuaga continúa con su apuesta por la sostenibilidad con dos nuevas iniciativas focalizadas en la energía verde y en la mejora del entorno. Así, la bodega ha puesto en marcha un proyecto de 600 kilovatios para producir su propia electricidad. A través de la instalación de placas de energía solar, Arzuaga va a generar el suministro de electricidad necesario para abastecer la bodega, su hotel de cinco estrellas y todo el edificio de Bodegas Arzuaga. Además, a corto plazo se prevé la instalación de más placas para la producción de electricidad para el Spa.
Por otra parte, este año se ha inaugurado, cumpliendo la normativa vigente, una depuradora propia en Bodegas Arzuaga para que la actividad de la bodega no interfiera ni altere la calidad del agua del río Duero. La depuradora es equivalente a la que podría manejar un pueblo de 4.000 habitantes y trabaja con el objetivo de que el agua llegue al río en perfecto estado y con la etiqueta de agua potable.
Arzuaga suma estas iniciativas a su apuesta por la sostenibilidad, con la producción de vinos y aceites ecológicos y la cocina kilómetro cero que define la propuesta gastronómica de Taller y del restaurante tradicional. Así, Bodegas Arzuaga fue una de las primeras bodegas en sacar un vino ecológico al mercado en el año 2010, con el inicio del certificado de su viñedo en 2007. En la actualidad, de las 423 hectáreas de viña con las que cuenta, más del 76%, 323 en total, son en ecológico. Por otra parte, tanto el aceite que producen en Toledo como el Vino de Pago, Pago Florentino, también están certificados en ecológico.
Tanto la propuesta gastronómica del restaurante tradicional de Arzuaga como la del restaurante gastronómico Taller se basan en los productos de proximidad y el kilómetro cero. Así, a la reserva de la finca La Planta se suma un huerto ecológico situado a 950 metros de altitud y que cuenta con cerca de un centenar de variedades plantadas. Verduras y hortalizas que el equipo de Arzuaga recolecta y traslada tanto a las propuestas de alta gastronomía como a elaboraciones más clásicas de su menú.
El huerto ecológico de Taller Arzuaga, el más grande de un restaurante estrella Michelin en Castilla y León, está tratado íntegramente con productos naturales y cuenta con el Certificado de Energía Verde de Iberdrola que garantiza que la energía consumida procede exclusivamente de fuentes 100% renovables. En este sentido, está abonado con compost de oveja, tratado con ozono y plantado según el calendario lunar atendiendo a los preceptos de la biodinámica.
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