
Como los ambientalistas no paran de molestarles con la excusa de salvar el planeta, los animales marinos están cada vez más hartos de los humanos, lo que hace que las picaduras y mordeduras en las playas sean cada vez más peligrosas, incluso aunque no sean humanas, que entre jovenlandeses y consumidores de droga caníbal, se están disparando las mordeduras entre bañistas.
El sol también está de bastante mal humor y, en general, hasta las playas naturales más bellas se están volviendo hostiles. Esta es una guía sencilla de todo lo horrible o mortal que te puede pasar en la playa en tu interacción con el reino animal o con su entorno próximo, sin contar lo más horrible y mortal, que se acabe la cerveza fría del chiringuito.
Tiburones
No tienen, digamos, buena fama, y algunos están en peligro de extinción. La razón principal es que la alternativa es que estemos en peligro de extinción los bañistas. Pero no trates de explicarle esto a un ecologista. Si te encuentras con un tiburón frente a frente, reza. También puedes negociar con él. Quizá no está buscando almuerzo, tan solo una tapa de aperitivo. Ofrécele algo que no te importe demasiado perder, ya sabes, un dedo del pie, la mano de tu cuñado, o algo que no se vea mucho. Si elige él será peor. Créeme.
Quemadura
Dependiendo del tipo de piel, hay personas que se broncean y les queda bonito, y hay otras que mutan del blanco celestial al rojo cangrejo sin término medio. La teoría es que si utilizas protector solar no deberías quemarte, pero la práctica demuestra que, si pasas unas cuantas horas al sol, no puedes evitar la quemadura, tan solo aminorar su impacto. Lo único que podría garantizar inmunidad solar es una sombrilla, pero instalar y conservar en vertical una sombrilla es una actividad playera avanzada, de dificultad media-alta, que puede dejarte aún más chamuscado que el sol. Si te gusta pasar muchas horas en la arena, la única manera eficaz de no quemarte es tener 8 años, pero creo que eso no puede adquirirse en farmacias.
El pez araña
Recibe un nombre diferente en cada parte del mundo, pero esencialmente es el mismo hijo de puta: un bicho que vive en la orilla, enterrado en la arena, y que tiene una aleta dorsal con espinas venenosas que, con las peores intenciones, deja en vertical al descubierto. Dicen los animalistas que es un pez inofensivo, que solo reacciona clavándote las espinas venenosas en legítima defensa cuando lo pisas. En mi opinión, si el muy bastardo no se enterrara en la arena, sería más fácil no pisarlo. Si te pica, ten cuidado, siempre hay un idiota en la playa que viene corriendo a ayudarte y que asegura que la única manera de calmar el dolor es que te mee encima del pie. Aunque no lo creas, hay millones de bañistas sueltos que sueñan con encontrar una picadura ajena en la que poder hacer pis. Mándalos al infierno o, mejor, lánzales lo que quede del pez araña.
La medusa
En la mitología griega la Medusa es un monstruo femenino que convertía en piedra a todos los que la miraban fijamente. A pesar de ser un monstruo, parece ser que era bella, como le pasa a Alexandria Ocasio-Cortez. Por lo demás, AOC y las medusas de hoy comparten otra característica: son altamente urticantes. Si ves una medusa en el mar, no la mires a los ojos, o no la mires a ninguna parte, porque no sabes dónde están los ojos. La medusa te engatusa con su gracioso movimiento a cámara lenta, y cuando te roza con sus tentáculos puede provocarte picor, dolor, escozor, espasmos, y muerte. Todos los manuales aseguran que si te pica debes empezar por retirar los restos de medusa de tu piel y luego no recuerdo qué más. De todos modos, mi consejo de prevención, presta atención aquí, es que no te pique.
La raya
Al igual que el pez araña, la raya anda siempre por el fondo, mezclada con la arena, y tiene unas púas venenosas que están deseando picarte. Dicen los manuales que la picadura de la raya no es mortal, pero que provoca dificultades respiratorias, calambres musculares, sangrados, convulsiones y dolor en el pecho. Francamente, con ese panorama, quizá sea mejor morirse.
Golpes
Es muy frecuente darse golpes con rocas en la playa. Lo que yo no entiendo es por qué la gente lo hace.
Ahogarse
El mar va a su rollo. Quiero decir: la playa no es una atracción de feria, las aguas y corrientes son bastantes impredecibles, y en general, todo lo que parecía bajo control en el mar puede irse a la mierda en pocos segundos. Si vas ahogarte, al menos intenta hacerlo en una playa donde haya una Pamela Anderson de socorrista, porque, pase lo que pase en el mar, si no estás sangrando, que entonces te harán un torniquete, algún socorrista tratará de hacerte el boca a boca.
La anguila eléctrica
Se trata del único bicho del mundo que da corriente y no necesita enchufarse para recargar su batería. Si la tocas te dará una descarga capaz de volver tonta a una vaca, y te dejará en shock durante media hora, tiempo suficiente como para que un ornitorrinco te clave sus púas, la medusa se te enrolle en la cara, y un tiburón te desmiembre de cintura para abajo. La única ventaja de la anguila es que vive en agua dulce, de modo que no debería estar en tu playa, a menos que esté completamente borracha, en cuyo caso va dando besos y abrazos a todos los bañistas, sacudiendo semejante festival de descargas eléctricas que, con seguridad, cuando duerma la mona, necesitará reemplazar su batería por una que no huela a cable quemado.
Ornitorrinco
Por último, el bicho raro. No en todas las playas hay ornitorrincos, gracias a Dios, porque verlo frente a frente es un poco como asumir que el ángel que coordinaba la cadena de montaje ese día en la Creación estaba completamente borracho. Tampoco sabemos por qué Noé decidió subirlo al arca si en realidad no podía salir nada bueno de un pato, con patas de nutria, cola de castor, mamífero y que pone huevos; que lo piensas y no sabes si es un mamífero o un ministro de Sánchez. El ornitorrinco es, en fin, como un pantallazo azul de Windows. Un error general. Con todo, lo importante que debes saber es que es un animal bastante tonto, y eso lo hace aún más peligroso: quizá sea el único bicho de la tierra que es venenoso y no lo sabe.