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Casa Pedro, come mejor que en casa en el restaurante más antiguo del mundo

Casa Pedro es uno de los restaurantes más antiguos del mundo, data de 1702 y en él se conjugan calidad y tradición.

Casa Pedro es uno de los restaurantes más antiguos del mundo, data de 1702 y en él se conjugan calidad y tradición.
El conejo al ajillo de Casa Pedro. | Juanjo Alonso

Casa Pedro, ubicado en el antiguo municipio de Fuencarral, hoy barrio –Calle de Ntra. Sra. de Valverde, 119–, es el restaurante más antiguo del mundo ya que nació en 1702 y Botín, considerado por el libro Guiness de los récords como el más vetusto, data del año 1725. Desde ese año se sirven comidas en este edificio histórico que comenzó como parada y fonda y que ahora es una casa de comidas, de las de antes, en la que comer de verdad, alejado de las modas y del bullicio y que esconde un gran tesoro en el subsuelo.

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Fachada de Casa Pedro

Tres generaciones han pasado por Casa Pedro en su etapa más reciente, en la actualidad dirigido por Pedro e Irene Guiñales, padre e hija, mientras que Félix Núñez lleva al frente de la sala varias décadas. Porque por esta casa no pasa el tiempo aunque si sus paredes hablaran contarían muchas historias y de personajes iluestres que aprovechaban sus reservados para contar sus intimidades.

Por algo es uno de los restaurantes centenarios más emblemáticos de Madrid, porque en él el cliente disfrutará de una experiencia gastronómica y cultural donde se une sabor e historia que se refleja en sus paredes, repletas de fotos con las celebridades que por allí han pasado y repetido.

Y normal que repitan porque la carta de Casa Pedro es para hacer parada y fonda no una, sino varias veces, con deliciosos entrantes y estupendos pescados y carnes. Y acompañada de una gran bodega que tiene también mucha historia y cuenta con referencias únicas.

Bodega con historia

Antes de centrarme en lo que estáis esperando, que es saber qué se come y cómo se come en esta casa, quiero contaros el secreto que se esconde en el subsuelo y por el que se accede cruzando la cocina y atravesando pasillos angostos y bajando escaleras con techos bajos –cuidado con las cabezas–. Pasadizos que datan de la Guerra Civil y que concluyen en la imponente y exclusiva bodega de Casa Pedro gestionada por Iñaki Fernández Ruiz.

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La bodega subterránea de Casa Pedro

Etiquetas centenarias puestas a buen recaudo y con una temperatura perfecta para su conservación se mezclan con otras referencias más actuales pero de gran valor para los amantes del buen vino. Allí, en la bodega tomamos el aperitivo acompañados de un fantástico vino blanco Viña Gravonia 2016, elaborado por las Bodegas López de Heredia bajo la DOCa Rioja con uvas de la variedad Viura 100%. Para pasar los tragos, un delicioso jamón de bellota 100% ibérico de Navarretinto (24€), una espectacular ración de morcilla de Burgos, que para alguien nacido en esa tierra da gusto comer un producto así en Madrid, y unos crujientes y tiernos torreznos (13,20€).

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Jamón de bellota 100% ibérico de Navarretinto, morcilla de Burgos y torreznos

Como en casa

Cuando te adentras en Casa Pedro, te olvidas inmediatamente de Madrid, de sus modas pasajeras y de sus restaurantes con decoraciones despampanantes. En la planta superior una terraza cubierta que durante el verano goza de unas magníficas vistas nocturnas. En la intermedia, salones amplios y privados para esas comidas que necesitan cierta intimidad. A pie de calle, una barra y el comedor original, el que logra mantener la esencia del restaurante, según cuenta Irene Guiñales y que requiere de cuidados especiales y anuales para conservar las maderas en perfecto estado, como el resto del edificio.

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La terraza de Casa Pedro

En todas sus estancias estás en lo que podría ser un mesón castellano a la antigua usanza, en un edificio histórico de tres plantas, con techos altos de madera y con salones decorados con muebles que podrían estar en las casas de tus abuelos en el pueblo.

Y eso es lo que pasa, que el atento servicio de sala e Irene te harán sentir como en casa. Sentado en la mesa, revestida por manteles blancos de tela, ya estás espectante a lo que va saliendo de la cocina. Comida de la de verdad, la de tu madre o tu abuela.

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Perdiz escabechada

Porque a Casa Pedro te recomiendo ir con hambre, porque la carta apetece del primer entrante al último postre. Así que damos cuenta de ella en profundidad. Espectaculares las mollejas de cerdo encebolladas (21€) y descomunal la perdiz (21€), escabechada por ellos mismos. También brutales los caracoles a la madrileña (15,40€) con una salsa para huntarse todo el pan del barrio, igual que los callos a la madrileña (16€), que podrían competir por los mejores de Madrid. Tierno y sabroso el conejo al ajillo (17€) y delicioso el rabo de toro (20€), de esos que te dejan los labios pegados por el colágeno que han soltado durante su elaboración a fuego lento. Para acompañar estos manjares disfrutamos con dos vinos tintos, un Contino 2020 Garnacha, elaborado por Bodega Contino bajo la DOCa Rioja con uvas de la variedad Garnacha; y un CVNE Imperial Reserva 2018, elaborado por Bodega Imperial bajo la DOCa Rioja con uvas de las variedades Tempranillo, Graciano, Mazuelo y Garnacha.

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Callos a la madrileña

Para otra visita dejamos los postres y los pescados, entre los que puedes elegir un bacalao confitado en aceite de oliva, sapitos, bonito escabechado o merluza de pincho. Y si quieres platos de carne más contundentes también tienes paletilla de cordero, cochinillo asado o jarrete de cordero al romero.

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Rabo de toro

Sólo descansan el domingo por la noche porque como nos cuenta Irene, "la gente que viene les conoce y le gusta quedarse de sobremesa", así que no cierran. Además, Casa Pedro ofrece la posibilidad de realizar desde un desayuno de trabajo a una cata de vinos, un menú de maridaje o una cena inolvidable. Y, como cuentan, las Navidades en esta casa son para el recuerdo. Así que para que las disfrutes con la mejor gastronomía tradicional madrileña han creado tres menús de Navidad para un mínimo de ocho comensales y todos los comensales de la mesa tendrán que elegir el mismo menú. El menú consta de cuatro entrantes a compartir, un primero a elegir, postres, bebida y pan. Van desde los 54€ a los 60€ + IVA y el ticket medio del restaurante es de 40-50€.

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