
Con la llegada de febrero, el invierno sigue presente, pero también ofrece la oportunidad de iniciar un huerto productivo. A pesar de las bajas temperaturas, existen cultivos que se adaptan bien a estas condiciones y permiten anticipar una cosecha abundante en primavera. Preparar la tierra y seleccionar las especies adecuadas son claves para obtener buenos resultados en esta temporada.
Hortalizas de hoja
Las lechugas y las espinacas se destacan como opciones ideales para sembrar en febrero. Estas hortalizas de hoja verde prosperan en climas frescos y ofrecen cosechas rápidas, perfectas para disfrutar en ensaladas. Para protegerlas de heladas intensas, es recomendable utilizar invernaderos caseros o túneles de plástico, que mantienen una temperatura estable y favorecen el crecimiento.
Además de su resistencia al frío, estas plantas requieren riegos moderados y un suelo bien drenado. La lechuga, por ejemplo, prefiere lugares con semisombra, mientras que la espinaca tolera mejor la exposición directa al sol invernal.
Febrero es un buen momento para sembrar zanahorias y rábanos, dos cultivos que se desarrollan bien en macetas profundas o directamente en el suelo del huerto. Estas hortalizas de raíz necesitan suelos sueltos y sin piedras para evitar deformaciones durante su crecimiento.
Los rábanos se caracterizan por su rápido ciclo de cultivo, lo que permite obtener resultados en pocas semanas. Las zanahorias, en cambio, requieren más tiempo, pero con los cuidados adecuados, ofrecen una cosecha abundante y de excelente sabor. Un riego regular, sin encharcar, es fundamental para ambos cultivos.
Hierbas aromáticas
El perejil y el cilantro son hierbas aromáticas que resisten bien las temperaturas frías de febrero. Estas plantas no solo aportan sabor a las comidas, sino que también resultan fáciles de cultivar en macetas o en pequeños espacios del huerto.
Para favorecer su desarrollo, se recomienda sembrar las semillas en tierra húmeda y mantener un riego constante, evitando el exceso de agua. Además, si se cultivan en interiores o en balcones protegidos, es posible obtener hojas frescas durante todo el año.
Ajo
El ajo es uno de los cultivos más sencillos de iniciar en febrero. Para plantarlo, basta con enterrar los dientes en la tierra con la punta hacia arriba, dejando un espacio adecuado entre ellos. Este bulbo se adapta bien a climas fríos y no requiere cuidados intensivos.
A medida que avanza la temporada, el ajo desarrolla sus raíces y brotes, y estará listo para cosecharse varios meses después. Durante el proceso, es importante mantener el suelo suelto y libre de malas hierbas, lo que contribuye a un mejor crecimiento.
Fresas
Las fresas también pueden plantarse en febrero para disfrutar de una cosecha temprana en primavera. Estas plantas se adaptan tanto a macetas como a suelos del huerto, siempre que cuenten con buena exposición al sol y un drenaje eficiente.
Al plantar fresas, se recomienda mantener la corona de la planta a nivel del suelo para evitar problemas de humedad. Con cuidados básicos como riego regular y protección contra heladas tardías, es posible obtener frutos sabrosos y de buena calidad.
Aunque febrero es un mes frío, representa el inicio de un ciclo productivo para el huerto. Sembrar en esta época permite aprovechar el tiempo antes de la primavera y ayuda a preparar la tierra y mejorar su fertilidad.