
Con la creación de Martín Tostón la familia Martín-Hevia ha querido recuperar la esencia de los antiguos colmados adaptándolos con gran acierto a los gustos de los clientes actuales. Una interesante mezcla de bar y restaurante con la posibilidad de adquirir productos gourmet y vinos.

Ismael y Fernando Martín-Hevia asumieron la dirección del restaurante Hevia en el año 2014 y desde entonces han dado muestras más que sobradas de su capacidad para mantener la esencia de su legado, como puedes comprobar en Hevia y del que ya os hablé en Libertad Digital, con la natural evolución de los nuevos tiempos como también puede disfrutar en Bar H Emblemático.

Ahora, en Martín Tostón, los hermanos Hevia han creado un espacio que celebra la historia de su familia con la mirada puesta en el futuro. La excelencia de Hevia adaptada a un público más amplio y que puedes comprobar en su carta, de principio a fin. Como buen colmado, tienes la opción de comenzar con su selección de latas o de charcutería y quesos.
Perfectamente aconsejados por su amable personal de sala, comenzamos la comida con una lata de mejillones en salsa gallega (9,50€), con el bicho perfecto de sabor y de tamaño y acompañado por una salsa ligeramente picante y patatas fritas. El aperitivo perfecto para continuar con su más que interesante tabla variada 'selección Martín Tostón' (26€), que cuenta con una amplia representación de su charcutería: paleta, salchichón y chorizo ibérico de Arturo Sánchez; mortadela de Bolonia; un delicioso saltufo, que es salami alemán relleno de trufa y envuelto en parmigiano reggiano; butifarra con setas; queso de cabra de Miraflores y rillete de oca, una especie de paté blanco y hebroso, al que le faltaba algo de sabor.

También perfecta para seguir con el picoteo previo a los platos más contundentes su ensaladilla rusa (11€), eso sí, date prisa en pedirla porque en la carta pone "limitada", así que no te quedes sin ella. Muy bueno también el pincho de hígado de bacalao (5,75€).

Martín Tostón cuenta con una cocina ininterrumpida de 9 a 23h, excepto los lunes y el domingo por la noche que cierra, y una carta adaptada para cualquier momento del día. De hecho, para desayunar tienes tostadas con aceite de oliva y tomate, churros, porras y cruasanes recién hechos, con opciones como pan con tomate y jamón o sándwiches mixtos.
Un colmado renovado
El diseño del local no solo enmarca la experiencia, sino que forma parte esencial de su propuesta gastronómica. Más que un decorado, el espacio está concebido para conectar con los visitantes de manera emocional y funcional; les ofrece una atmósfera que invita a descubrir, disfrutar y llevarse a casa un pedazo de la experiencia. El local recupera la esencia de los antiguos colmados, no solo en su concepto, sino también en su diseño. Materiales nobles como madera, mármol y ladrillo visto crean un entorno que transmite autenticidad y calidez.

En el corazón del local, un expositor cuidadosamente presentado permite a los clientes adquirir, para llevar a sus casas, productos seleccionados como chacinas, quesos y embutidos. También cuenta con una estantería dedicada a productos gourmet como vinos, salsas, laterío y conservas que se pueden adquirir tanto para consumir en el local como para llevar.

El espacio está diseñado para ofrecer experiencias que se adapten a distintos momentos y necesidades del día. Dividido en dos plantas, cada nivel presenta una atmósfera propia que complementa la oferta gastronómica. La planta superior, con sus mesas altas y un ambiente distendido, es ideal para un consumo más espontáneo e informal. Perfecta para comenzar el día con un desayuno o disfrutar de un aperitivo animado, su diseño está pensado para quienes buscan un lugar dinámico y acogedor. Por otro lado, la planta inferior se distingue por su carácter más íntimo. En este espacio, las mesas bajas y el bar integrado crean un entorno que invita a disfrutar de su carta de platillos más elaborados en veladas más pausadas y formales.
El servicio, por su parte, es una extensión del cuidado y la atención que caracterizan cada rincón del local. El personal, ataviado con corbata y delantal, refleja la filosofía del local: combinar un trato cercano y profesional con un estilo que evoca los antiguos comercios.
Cocina para triunfar
Siguiendo el camino de Hevia, en la carta de Martín Tostón tienes platillos de lo más deliciosos como los callos, la fabada, sus albóndigas Don Clemente, un tartar de atún rojo o chipirones en salsa. Sin olvidar sus deliciosos torreznos o el pulpo gallego con patatas aliñadas. Para acompañar la experiencia gastronómica, una cuidada selección de vinos con referencias nacionales e internacionales.

Como os decía, una carta pensada para todos los paladares, de la que todos saldrán agradecidos y en la que también hay espacio para las ensaladas o unos deliciosos y delicados puerros confitados con salsa de espárrago (16,90€), plato que se me antoja imprescindible. Tan rico como el brioche de carrillera de ternera (11,50€), en el que el pan está perfecto y la carne del interior es jugosa. El fin de fiesta lo pone su cremoso flan de queso con queso azul (8€).

En este restaurante, Ismael y Fernando han querido rendir homenaje a su padre Ismael Martín, una figura clave de la hostelería madrileña y española, cuya visión transformó Hevia en un referente gastronómico que perdura desde los años 60. Ambos han sabido adaptar la excelencia de su propuesta a un público más amplio sin perder el carácter distintivo de su familia.
Los dos se prepararon académicamente para recoger el testigo de sus antecesores: Ismael estudiando dirección de empresas y sumillería en la Cámara de Comercio de Madrid y Fernando formándose en cocina en Le Cordon Bleu. Una preparación que queda patente en su nueva andadura que podrás disfrutar en pleno barrio de Salamanca –calle de Castelló, 112– con un ticket medio de 30€.
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