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Los lugares extremos más calurosos y secos de la Tierra para huir de la lluvia

El planeta Tierra alberga algunos de los lugares más extremos en cuanto a temperatura se refiere. En ellos no encontraremos ni una gota de lluvia.

El planeta Tierra alberga algunos de los lugares más extremos en cuanto a temperatura se refiere. En ellos no encontraremos ni una gota de lluvia.
Coober Pedy, Australlia. | Wikipedia/Mosmas

Hay destinos sobre la Tierra que desafían la resistencia humana, lugares donde el termómetro parece burlarse de nuestra capacidad de adaptación. Tras experimentar uno de los inviernos más lluviosos que se recuerdan, para algunos, encontrar rincones que poder visitar es una forma de medirnos frente a la naturaleza en su versión más implacable. Desde desiertos abrasadores hasta valles que parecen hornos, aquí va un recorrido por esos puntos del globo donde el sol no da tregua y donde no encontraremos una gota de lluvia.

Empecemos por el rincón inhóspito más famoso de la lista: el Valle de la Muerte, en California, Estados Unidos. Este parque nacional, cuyo nombre que no exagera, ostenta el récord de la temperatura de 56,7 ºC, alcanzada en julio de 1913 en Furnace Creek. El paisaje lunar, con sus dunas de sal y sus rocas quemadas por el sol, es un espectáculo hipnótico, pero no apto para pusilánimes. Aquí, el aire seco te roba el aliento, y el horizonte tiembla bajo el calor.

Situado en California, entre las Montañas Nevadas y el océano Pacífico, lindando con el Estado de Nevada, a unos 495 kilómetros de Los Ángeles y otros 300 de Las Vegas, adentrase en la zona del valle supone no sólo un plan de un día, sino una pequeña aventura que incluso puede llegar a ser arriesgada.

Cruzamos el Atlántico y aterrizamos en el Desierto de Lut, en Irán, conocido como Dasht-e Lut. Este páramo inhóspito registró en 2005 una temperatura superficial de 70,7 ºC, detectada por satélite, lo que lo convierte en uno de los lugares más calientes del planeta. Sus yardangs —formaciones esculpidas por el viento— y sus extensiones de arena negra parecen sacadas de una pesadilla distópica. Los iraníes lo llaman "la llanura del vacío", y con razón: aquí no hay vida, solo un silencio abrasador que te hace sentir insignificante.

Más al sur, en África, encontramos Dallol, en Etiopía, un cráter volcánico que parece un cuadro surrealista. Con temperaturas promedio que rondan los 34 ºC todo el año, con picos mucho más altos, este rincón de la depresión de Danakil es un infierno multicolor. Sus fuentes hidrotermales escupen azufre y sales que tiñen el suelo de amarillo, verde y naranja, mientras el aire cargado de vapores tóxicos te recuerda que estás en un lugar al borde de lo habitable.

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Wadi Halfa, en Sudán.

No podemos olvidarnos de Wadi Halfa, en Sudán, cerca de la frontera con Egipto. Esta ciudad a orillas del Nilo sufre veranos donde los termómetros superan con facilidad los 50 ºC. El desierto que la rodea es un horno de arena y roca, y el calor se combina con una historia milenaria: cerca están los restos de la antigua civilización kushita, como un desafío del pasado al presente.

La histórica ciudad de Tombuctú, situada en el corazón de Mali es otro de esos rincones a los que viajar si lo que se busca son los extremos. La temperatura promedio allí es de alrededor de 30 ºC, llegando hasta los 45ºC en ocasiones. Actualmente es un sitio del Patrimonio Mundial, ya es considerado el centro del nacimiento del islam en África.

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Tombuctú

Kebili, es otro de esos rincones abrasadores no aptos para todos los viajeros. Situado en el corazón de Túnez también se encuentra entre los lugares más calurosos de la Tierra, aunque es considerado un oasis de película. El récord fue de 55 ºC, que se alcanzaron el 7 de julio de 1931. Entre las dunas asoman palmeras datileras gracias a la presencia de sombra y agua, lo cual ha permitido que esté habitado y sea un lugar más o menos turístico.

En otro continente, el asiático, nos encontramos con las montañas Gaochang o montañas Flameantes, llevan este nombre por la apariencia de llamas de sus barrancos multicolores. Como norma general puede alcanzar los 50ºC. Al sur de China

Por último, un salto al hemisferio sur: Coober Pedy, en Australia. Este pueblo minero del Outback no solo lidia con temperaturas que rozan los 50 ºC en verano, sino que ha hecho del calor su aliado. Sus habitantes viven bajo tierra, en casas excavadas para escapar del sol inclemente. Toda una joya en la lista de rincones calurosos que visitar y regresar para contarlo.

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Coober Pedy, Australia.

Estos destinos no son para los amantes de las vacaciones convencionales, aunque si son ideales para huir del frío y la incesantes lluvia. Son aptos para quienes buscan sentir la fuerza del clima extremo del planeta, ese calor que te quema la piel y te recuerda que la Tierra no siempre es amable, aunque sigue siendo bella.

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