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La difícil ecuación entre turismo, violencia y medios de comunicación

La pasada semana y dentro de la vorágine de Fitur estuve en una rueda de prensa de la organización de promoción turística de México. Asistieron diversas personalidades del país (muchas) como la máxima responsable del turismo en el gobierno o el gobernador del estado de Jalisco.

Por supuesto, políticos y profesionales se esforzaron en contarnos los muchos atractivos que tiene su país, así como la gran cantidad de eventos que se han celebrado o se van a celebrar en él, especialmente los Juegos Panamericanos que tendrán lugar este año en Jalisco.

Y por supuesto la primera pregunta que hizo uno de los compañeros periodistas fue sobre la violencia, los narcos y la seguridad. Momento de tensión y apuro del que los funcionarios mexicanos, ya expertos en estas lides, supieron salir con razonable eficacia.

Pero lo significativo de la anécdota, más allá del caso concreto de México, es ver como por muy grande que sea un país, por muy distintas que sean las situaciones sociales y políticas en sus diferentes regiones y por muy aislados que estén los problemas, la violencia puede monopolizar la información sobre un país y, por tanto, la percepción que se tenga de él en todo el mundo.

Las noticias son así

No se entienda el párrafo anterior como una crítica al periodismo: la cruda realidad es que las "leyes" de la información son así y el que haya un atentado en determinado país, por poner un ejemplo, es materia de interés mientras que la apertura de un hospital no lo es. Triste pero cierto y me temo que inevitable: las información es así, las noticias son así y los periodistas (pero también el público) son así.

Pero por otro lado, lo que sí llama la atención es como los acontecimientos tienen una incidencia extremadamente desigual según el país que los sufra.

Veamos algunos ejemplos: lo que está ocurriendo actualmente en el norte de México es terrible, pero en la mayor parte de las ocasiones se trata de batallas entre cárteles de la droga en las que los afectados suelen ser traficantes, policías y en menos ocasiones ciudadanos comunes, mientras que en prácticamente ningún caso ha afectado a turistas.

En otros casos (Londres o, tristemente, Madrid) tremendos atentados en medios de transporte público no han transmitido la imagen de estas ciudades como un destino peligroso. Tampoco creo que se tenga esa percepción en Moscú tras el terrible atentado de ayer en el aeropuerto, o al menos no se tuvo tras una tragedia similar en 2010 en el metro moscovita.

Es cierto: se puede argumentar que lo que ocurre en México no es un acontecimiento puntual sino un proceso y, por tanto, implica más peligro o un peligro sostenido en el tiempo que nos puede "tocar" más fácilmente que un atentado. Pero éste me parece un acontecimiento poco convincente: creo que en el fondo las razones para nuestra diferente percepción de unos u otros lugares tienen más que ver con prejuicios apriorísticos que con razonamientos más o menos elaborados.

El caso de Israel

No he tenido la suerte (al menos por ahora) de conocer México pero sí que conozco otro de los países tradicionalmente estigmatizados por una situación de real o presunta violencia: Israel.

De hecho, el pequeño país hebreo es casi un ejemplo paradigmático de una percepción distorsionada por los medios y últimamente hemos visto en España un ejemplo de ello: TVE se vio "obligada" a retirar un capítulo de su Españoles por el mundo porque según algunos fanáticos no reflejaba suficientemente la situación de "conflicto" en Jerusalén.

Pero la realidad es que, más allá de consideraciones ideológicas que tengo muy claras pero ahora no vienen al caso, Israel es un país seguro al que viajar, en el que el terrorismo se ha reducido a niveles mínimos y donde las situaciones de violencia están localizadas y fuera de los circuitos turísticos habituales, en los que los riesgos que corremos son similares a los de cualquier otro país (lo que no quiere decir que sean 100% seguros, hoy por hoy eso es imposible).

De hecho, mi propio primer viaje a Israel fue un ejemplo perfecto de lo que les digo: mientras yo recorría buena parte del país con una tranquilidad absoluta, Hamas estaba dando su golpe de estado en Gaza y dentro de la franja se desarrollaba una pequeña guerra civil, como ya les conté por aquí hace unos meses.

Pero frente a las cifras frías o a lo que contamos los que volvemos de allí la cruda realidad es que la gente seguirá haciendo preguntas como "¿y no te da miedo ir a Israel?".

En definitiva: no se dejen atrapar por los prejuicios, mejor infórmense y viajen (o dejen de hacerlo, que aquí no obligamos a nadie) sabiendo a lo que realmente se exponen, o no.

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comentarios
1 JJ, día

Estamos totalmente de acuerdo que la percepcion de las notocias siempre es subjetiva. Yo no veo mal que la persona sea subjetiva e incluso que en una sociedad concreta se tenga una cierta subjetividad tradicional en este tema concreto por la violencia a lo largo de los años. Lo grave me parece que dentro de una sociedad como la española ciertos grupos (llamese partidos politicos, llamese feministas o llamese gays, llamese atisocilaes, extrema derecha, homofobos etc) UTILICEN algunas noticias alarmantes solo por su interes y en perjuicio de otros grupo. LLAMESE ASESINATOS DE MUJERES para agravar las penas por VIOLENCIA DOMESTICA cuando el culpable es el hombre y venevolencia maxima cuando la asesina es la mujer. Hace dos o tres dias condenaron a una mujer a un año y poco por asesinar a su marido. ESO SI ME PRODUCE ALARMA, porque este problema esta en la puerta de mi casa. CUSTODIA COMPARTIDA YA

2 Kufisto, día

Hola Carmelo. Hasta los peores se cuidan de tocar la gallina de los huevos de oro; supongo que será un ten con ten: "Mataos lo que queráis entre vosotros, si cae alguno de los nuestros será considerado un daño colateral, una lástima...pero ni se ocurra meteros con los turistas porque entonces se rompe la baraja" La plata hace extraños compañeros de cama. Triste pero cierto, que diría Hetfield. http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/01/viena-1983.html O que nos confundimos al nacer en el momento equivocado, que diría Hendrix: http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/01/born-under-bad-sign.html Saludos y gracias Carmelo. Por cierto, buen comentario de JJ. Lo suscribo.

3 Erbilyos, día

Antes de viajar a un país extranjero, sobre todo si se trata de un país poco avanzado, es muy conveniente informarse sobre los índices de criminalidad y el nivel de corrupción, más allá de las noticias y de la imagen que transmiten los medios de comunicación que, como bien dices, pueden transmitir una idea equivocada y distorsionada. Para un simple turista, más peligroso que el terrorismo o las guerras de baja intensidad (como la que se da en Méjico) es la criminalidad común, la corrupción de policías y funcionarios en general y la inseguridad jurídica. Otra cosa es que viajes como periodista, miembro de una ONG o algo similar a un lugar donde hay tomate. Ahí los riesgos son diferentes. A unos amigos que viajaron hace algún tiempo a Sudáfrica les advertí de la inseguridad ciudadana y de la criminalidad que caracteriza al país, pero ellos fueron confiados en que no les pasaría nada, y sufrieron un atraco violento en las calles de Johannesburgo. También te puede ocurrir que acabes detenido por la policía y confinado en un calabozo por la falta de seguridad jurídica, sin haber cometido ningún delito, solo por no haber pagado un soborno a algún policía corrupto.