Antes tenía vida, pero ahora sólo vivo pensando en ti.
Me levanto contigo en la cabeza y paso el día pensando imaginando que estás conmigo: que estamos paseando, que vamos de compras, que te acompaño a algún sitio... Sueño despierto contigo durante todo el día. Y cuando llega la noche pienso que nos damos un beso y me das las buenas noches, así me duermo feliz. ¿Y sabes qué? Muchas veces también al dormirme sueño contigo.
Y así paso los días en un mundo de fantasía hecho para ti y para mí. Los problemas diarios son más llevaderos y el trabajo se hace más entretenido.
Cuando te veo no soy capaz de contarte todas estas cosas porque me da mucha vergüenza, pero sé que sientes algo parecido por mí y eso es lo que me hace estar siempre contento. Cuando estamos con amigos y veo que me estás mirando me pongo nervioso y miro para otro lado. Y cuando te estoy mirando y veo que te das cuenta disimulo mirando al suelo aun sabiendo que me has visto.
Sé que todo esto suena muy infantil, pero me da igual, la verdad. ¿Puede haber algo más bonito que un amor infantil e idealizado? Yo creo que no. Ay Andrea, qué feliz me haces sin quererlo.
Ahora que te he contado todo esto y sabes que vivo soñando contigo, sólo me queda hacerte una pregunta: ¿hacemos el sueño realidad?
Te quiero
Eduardo