Esta mañana al despertar, estaba destemplada. A pesar de que la calefacción ya se había encendido, no conseguía reaccionar. Es cierto que aún es invierno y que faltan algunas semanas para el cambio de estación, pero con toda seguridad no era eso. Miré a mi alrededor y, aunque todo estaba en su sitio como a ti y a mi nos gusta, tu lado de la cama estaba vacío y frío, faltabas tú.
He pasado la mañana intentando trabajar y, a pesar de haber visto algunos pájaros en el jardín y hasta las primeras flores. Esas atrevidas que salen siempre en febrero, cuando aún la temperatura se mantiene tan baja y que tanto nos gusta contemplar, hoy no me decían nada. Hasta parecía que su color no fuera el mismo de siempre.
Aburrida del silencio y la soledad, he decidido luego pasar un rato en la cocina. He preparado el bizcocho de chocolate que tanto te gusta, pero aún no sé con quién lo voy a compartir. Es mucho más divertido cuando estás conmigo y yo te sirvo un trozo y luego otro. Verte recoger y paladear cada miguita del plato siempre me hace sonreír.
Cómo me apetece compartir una taza de té frente a la chimenea entre tus brazos. Cómo me gusta sentir los latidos de tu corazón acompasado en tu pecho y oler tu aroma.
Yo lo tengo todo aquí, la cocina, el bizcocho de chocolate, el té y la chimenea. La cama, nuestras cosas, el calor del hogar y nuestro espacio, pero está vacío porque tú no estás.
Todo lo que me resulta tan sencillo hacer contigo y que me parece agradable, ahora me falta. No sé qué es, no sé qué me das, pero cuando no estás no es lo mismo. Ahora me voy a acostar. Sin duda la cama estará fría y vacía como ayer. Ha sido un día más, un día solitario y vacío. En suma, un día sin ti.
Lolipoppins