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Carta de amor

A mi marido

  Cuando conocí a Carlos supe enseguida que quedaría enganchada a su vida y que nada ni nadie me apartaría de él. 

Yo era una mujer con un trabajo, una familia y amigos, pero todo pasó a un segundo plano. Cuando él llegó e iluminó mi camino de magia y agitó mi corazón para siempre. Estar con él y hablar era superior a todo lo que me había pasado. Con su sola presencia llenó mi corazón con luz y fuerza, y pronto vi que era el motor que movía el eje de mi vida.

Es entonces cuando decidí no separarme nunca más de la magia que me envolvía a su lado. Así mi matrimonio duró 20 años hasta el día que precipitadamente una enfermedad lo apartó de mí para siempre. Sin embargo, fue tanto lo que me dio, dejó tanta luz en mis ojos, tanta felicidad acumulada en mis venas, en cada poro de mi piel, tantas risas compartidas, tanto encanto, tanta pasión... que conocerlo fue vivir.

Hay muchas clases de amores ¡hasta los fingidos! pero yo tuve la suerte de conocer el amor que llenó mi vida de ilusiones. Por eso, el día en que Carlos murió no lloré porque sabía que se iba un hombre feliz. Nosotros llenamos nuestro amor de un hechizo especial.

Maricarmen 

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