La cama es uno de los elementos más personales de nuestro hogar, pues es cómplice de nuestra intimidad y cuna de nuestros sueños. Cada día, nos espera al finalizar la jornada, mullida y caliente en invierno, y fresca y ligera en verano.
El textil de cama es fundamental para conseguir los efectos deseados en nuestro pequeño reducto de paz, pero no podemos descuidar otros complementos, como el cabecero. Éste será el encargado de aportarnos estética, utilidad, o una fusión de ambas en función de nuestras posibilidades y preferencias.
Artísticos
El arte se fusiona con este elemento ornamental a través de la técnica de washi tape, basada en pintar los cabeceros en lugar de colocar algún módulo. Esta original y económica modalidad te permitirá ahorrar espacio, ya que ocupan poco, además de libertad a tu imaginación, pues puedes pintarlos como quieras. De esta forma, se convierten en una opción perfecta para las habitaciones más pequeñas o informales que, incluso, pueden contar con un espacio en la pared de delimitado en algún material para poder cambiarlo cada cierto tiempo, si queremos, y aportar dinamismo a la estancia.
Otra opción es aprovechar toda la pared. Basta con pintarla de otros colores o tramas diferentes - como rayas verticales - de forma y manera que ejerza de cabecero XXL. El uso de vinilos también es compatible con éstas dos ejemplos, ya que sólo necesitas elegir el dibujo que más te guste y aplicarlo con cuidado.
Si prefieres que sean módulos quienes aporten ese aire pictórico existen los lienzos, los cuadros e incluso las fotografías a gran escala. Estos posibilitan prescindir del habitual cabecero pegado al colchón, a la vez que distintas alternativas de colocación dado que puede colgarse en la pared o colocarlos sobre un estante o mueble que ejerza de cabecero.
Textura & Volumen
Al igual que la pintura no ofrece economizar espacio, el papel es otro de nuestros grandes aliados en este sentido, pero con el plus de aplicar un efecto de trama a nuestra habitación. Así, si empapelas toda la pared con un dibujo y tonalidad distinta al resto de paredes, puedes crear también el cabecero con efecto XXL . En cambio, si optas por emplearlo en un área determinada puedes añadirle una moldura estrecha que actúe de marco sobre la cama y ejerza un efecto de zócalo.
La tela es otro de los aliados de la textura y el volumen. Por un lado, podemos transformar el uso tradicional de las cortinas para convertirlo en un cabecero. Sólo necesitas una barra donde colgarle una serie de terminaciones de cortinas, las cuales podrán combinar diferentes tonalidades, materiales y estampados en función de la habitación que sea. Si, por el contrario, ya cuentas con algún cabecero instalado- ya sea de forja o un panel de madera - los tejidos son tu oportunidad para darles un giro radical. En el caso de los cabeceros de forja puedes hacerles una funda con un trozo recortado del mismo tamaño y atado a los extremos con unas cintas. Los paneles, por su parte, pueden ser forrados en cualquier material (textil o piel, liso, acolchado, capitoné...) y jugar con los detalles mediante la inserción de botones, remates de tachuelas… o incluso flores de fieltro que añadan volumen y dinamismo a esa pared frontal de la habitación convirtiéndola en protagonista.