En esta edición de Es Sexo de Cine Ayanta barilli y Eva Guillamón comentaron con Andrés Arconada la película Dallas Buyers Club, un filme que muestra el desconocimiento que había sobre la enfermedad del sida y que hace un dura crítica al negocio de las farmacéuticas. Después, hablaron sobre la reinserción social de los violadores.
Jean-Marc Vallée dirige una película protagonizada por Matthew McConaughey, Jared Leto, Jennifer Garner y Steve Zahn. Dallas Buyers Club está basada en la vida real de Ron Woodroof, un vaquero, drogadicto y mujeriego al que le diagnosticaron sida, siendo su pronóstico de apenas un mes de vida. El filme muestra el día a día de ese último mes, que por fortuna se acaba alargando ya que acabó viviendo varios años más. Woodrof, muestra el filme, empezó a tomar AZT, el único medicamento de esa época disponible para luchar contra esta enfermedad.
Ayanta explicó que Dallas Buyers Club hace una dura crítica a las farmaceúticas. Y Andrés añadió que también trata "la hipocresía de las leyes americanas, porque por un lado permiten tomar ciertos medicamentos, pero no te deja comprarlos". Además, aclaró que lo que hace Ron es buscar "cualquier cosa que le alargue la vida", por eso, cuando llega a México encuentra un remedio sencillo de proteínas que ayuda al sistema inmunológico. El protagonista intenta convencer a las farmacéuticas sobre lo bueno que es este producto pero no están dispuestas a arriesgarse ni experimentar. Esto lleva al cowboy a montarse su propio negocio y venderlo a los homosexuales. Arconada opinó que "aunque te acaba cayendo bien el personaje, en realidad no es una persona buena", lo que pasa es que la enfermedad "le mejora". Acaba conociendo a un transexual drogadicto que le ayuda a vender el medicamento. Gracias a él, Ron acaba cambiando su concepto de la vida.
La película también refleja a la perfección el miedo que había por el sida y muestra todas las fases por las que pasa el protagonista hasta aceptar su enfermedad. Otro punto importante del filme es cuando el personaje acaba entendiendo por qué ha cogido esta enfermedad, ya que en esa época no se entendía como alguien podía padecer sida sin ser homosexual.
En cuanto a las escenas de sexo, Andrés reflexionó que hay varios momentos "duros". Uno es cuando el protagonista está manteniendo relaciones sexuales con una chica y acaba preguntándole "si tiene sida", para no ponerse ningún tipo de protección.
Noticiero ardiente:
El milagro triste de Matthew McConaughey. Según Luis Marínez, periodista de El Mundo, Dallas Buyers Club sería mucho mejor película si Matthew McConaughey y Jared Leto no tuvieran el Óscar, o mejor, si no se hubiera propuesto a tenerlo. Pero los tienen, y eso la hace "irremediablemente peor película o simplemente mediocre". "Los Óscar, antes que un premio cualquiera, son una manera de exhibirse, una forma de dar carta de validez a lo que el gusto medio entiende por excelente. Y en esa ritualización de lo más brillantemente mediocre, que no de lo mejor, nadie se libra, ni un actor cerca del milagro, como Matthew McConaughey, se salva del feo ceremonial de lo espectacular, lo cargante, lo manido y lo torpe", esto forma parte de la crítica que el periodista hizo en el diario a raíz del estreno de la película.
Sexys más allá de los 60. "Estoy en la fase final de la vida. Soy consciente del paso del tiempo, pero me sigo guiando por el deseo. A los 70 años me siento tan audaz como cuando tenía 20", declaró Catherine Deneuve el pasado mes al celebrar su septuagésimo aniversario. Por si alguien tenía dudas de si hablaba en serio, la actriz francesa aparece resplandeciente únicamente vestida con unos pantis y un body de encaje negro en un reportaje fotográfico realizado para la revista New York Magazine. "Esta imagen no estaba prevista en la sesión", comentó la editora gráfica de la revista, "Íbamos a hacer un retrato con un abrigo de piel, pero tuvo calor y se quedó en ropa interior". La fotógrafa le dijo que "espera que estás formidable así".
Este año la música vuelve a ser sexy. Nadie puede adelantarse a los caprichosos cambios de tendencias de la música de baile, una lucrativa escena donde los DJ's dan con la tecla del éxito pueden llegar a cobrar 200.000 euros por actuación. Hay quien incluso compara este negocio con una jungla en la que solo sobreviven los más fuertes. Se busca que la música vuelve a ser sexy, actualizada a los gustos de ahora.