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Katy Mikhailova

Iglesias intenta asfixiar la industria del lujo

Pese al dinero que atrae el mercado del lujo, el listo de Pablo Iglesias propone subir el IVA al 35% a esos artículos.

En el mundo entero, la inversión anual en la compra de productos y servicios de lujo asciende a 560 mil millones de euros, datos que comunicó hace unos días Carlos Falcó, citando como fuente el Estudio ECCIA Frontier Economics 2012, durante la tercera reunión-desayuno organizado por el Círculo Fortuny en el Hotel Ritz.

De estos 800 mil millones el 70% pertenece a Europa. Solo los vinos europeos copan un 75% de la produccion mundial, contaba el presidente del Círculo Fortuny. Y si todo continúa como lo previsto, se espera un crecimiento de entre el 7 y el 8% en los próximos años. Gracias a estos 800 mil millones de euros se generan en el mundo entero un millón de puestos de trabajo indirectamente y otros 500.000 de forma directa en Europa, según el citado estudio,

Pues va el listo de Pablo Iglesias y propone, entre otras muchísimas locuras propias de un analfabetismo económico y empresarial, la subida del IVA hasta el 35% en los artículos de lujo.

Yo no sé si va a leer esto y otros tantos contenidos de opinión que tratan de iluminarle y explicarle cómo funciona esto de la economía, pero, usted, señorito Iglesias, ¿es consciente de que la subida del IVA implica que el consumo baje?

Su razonamiento debe de fundamentarse en el hecho de que son solo los ricos los que consumen artículos de lujo, pero me temo que va muy desencaminado. Si bien es cierto que las personas con mayor poder adquisitivo consumen un mayor porcentaje de los productos de alta gama, ello no quita que individuos de clase media, como es usted –¿o quizá pertenece al estrato llamado lumpen?–, de cuando en cuando se permitan un lujo, y nunca mejor dicho.

Si se consume, en suma, menos lujo a tales empresas les irá peor; y al irles peor, cerrarán tiendas. Y al cerrar tiendas, ¿qué cree usted que pasará?, se darán despidos, esos que usted quiere prohibir a todas las empresas que obtengan beneficios.

¿Nos estamos volviendo locos? Otra duda relevante que me planteo es qué entiende usted por lujo. Porque, viendo por dónde va, ¿Zara también es lujo, verdad?

Aun sigo preguntándome cómo le dejaron acudir un 25 de abril de 2013 a tal espécimen a aquella tertulia de El Gato al Agua en la que tuvo que lidiar con Federico, entre otros. Lamento que Intereconomía haya fabricado semejante personaje prepotente, ignorante, soberbio y, lo peor, comunista radical. Muy pronto le veremos con Rolex y bufandas de Burberry, a lo Toxo y Méndez.

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