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Katy Mikhailova

Qué pasará con Pertegaz

No era una mera figura comercial, sino un artista de verdad.

No era una mera figura comercial, sino un artista de verdad.
Manuel Pertegaz | Cordon Press

Cuando un artista muere, la genialidad del marketing dicta sospechosamente que se entierre, no solo al creador, sino también el nombre. Cuando Yves Saint Laurent falleció en 2008, cuya totalidad de acciones pertenece a PPR -ahora Kering, el rival de LVMH, que controla Gucci-, el conglomerado de lujo francés no tardó demasiado en eliminar ‘Yves’ de la marca, quedándose en un simple 'Saint Laurent'. Lo mismo hicieron con Jesús del Pozo en 2011. En el mismo año en el que nos deja, que el grupo 'Perfumes y Diseño' pasan a adquirir la marca, borrando a ‘Jesús’ del nombre. Ahora es 'Del Pozo, by Josep Font'. Que mal no lo están haciendo, para qué engañarles, la marca está triunfando en las Américas.

Con Manuel sin embargo todo es diferente. Pertegaz no era una mera figura, sino un artista de verdad que sentía la artesanía del trabajo de la confección entre sus manos. Cada callo, dureza, herida de sus manos, representaban cada vestido.

¿Pero cómo sobrevivía Pertegaz cuando no había encargos reales y millonarios? ¡Benditas licencias que a tantos has sacado de paso! La empresa sobrevive gracias al préstamo de su nombre a otras compañías. De hecho, Pertegaz fue casi uno de los pioneros en explotar esta nueva fórmula empresarial cuyo máximo exponente fue Pierre Cardin, que llegó a decir "mi nombre es más importante que yo": la licencia. En España, Ágatha Ruiz de la Prada sigue este modelo de negocio, cuidando al máximo quiénes son sus licenciatarios y cómo van a gestionar su marca. En esto, hizo mucho por la marca de Ágatha, Fernando Aguirre, su presidente. Pero, mientras la firma, famosa por estar atrapada en un eterno mundo infantil de corazones y estrellas, genera 200 millones de euros al año, Pertegaz se queda en los 9 si sumamos el total de la actividad de todos los licenciatarios.

Dicho esto, hay que destacar que la empresa que recibe el nombre del diseñador recién fallecido está controlada por la sociedad ‘Marcas Comerciales’ cuyo 85% hasta ahora había pertenecido a Manuel, en tanto que un 15% a Tribaldos, el que fue su compañero profesional en los 70.

No sorprende que Pertegaz fallezca sin testamento, dado que no tenía hijos. Así, son sus tres sobrinas las que tomarán las riendas de ese 85% que poseen de la empresa en ‘Marcas Comerciales’. Una de las hijas de la que fue la hermana de Manuel, también fallecida, Dione, lleva en Madrid desde los sesenta para redirigir el talento de su tío. Las otras dos, Elisa y Sionin apenas se han involucrado en la empresa familiar.

Pero la crisis solo acaba de comenzar, si no se hace algo nuevo. En el último ejercicio fiscal, según los datos del Registro Mercantil de 2013, la empresa ha obtenido un resultado neto de 75.500 euros; mientras que el año anterior, habían concluido el ejercicio con 112.100 euros.

Y hablando de crisis, la alianza entre Pertegaz y ‘Marcas Comerciales’ que controla el 15% de la marca se remonta a finales de los setenta, cuando Pertegaz sale a concurso de acreedores, debido a una importante deuda con Seguridad Social. Así, el propio Manuel constituyó la sociedad ‘Marcas Comerciales’ que pasó a controlar la línea de alta costura de la firma, así como sus licencias. En los ochenta, amigos íntimos del creador entran en la sociedad, pero en 1992 decide recuperar el timón de la empresa, y sólamente mantiene a Tribaldos, quien a día de hoy controla un 15% del accionariado.

¿Adónde llegará toda la historia, todo el esfuerzo de años y años de trabajo, sufrimiento y pasión de Pertegaz? ¿Hay sitio para la alta costura? ¿Habrá que democratizar la marca? ¿Un cambio en el nombre? ¿Un fichaje estrella que diseñe para la marca? ¿Un eslogan polémico a lo Desigual? ¿O una realidad caduca, imposible de continuar si su auténtico creador desaparece? Me temo que todo apunta a esto último.

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