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Katy Mikhailova

¿Con o sin pelos?

De Adán y Eva en realidad ya no llama nada la atención. Salvo algo concreto: el pelo (y no el de sus cabezas).

De Adán y Eva en realidad ya no llama nada la atención. Salvo algo concreto: el pelo (y no el de sus cabezas).
Adán y Eva | Cuatro

El pasado miércoles me dediqué a hacer un zapping en la tele. Dios mío, qué triste estaba el panorama. No había nada decente. O noticias terroríficas o telebasura. Eran ya las doce de la noche cuando, de pronto, pasando de un canal a otro, vi a dos mujeres y un hombre totalmente desnudos. No es nada nuevo: la polémica de Adán y Eva tuvo su primera oleada días antes de estrenarse -no sé, ¿hace un año?-.

No voy a hablar del "reality" en cuestión porque ni es noticia ni me parece una novedad expresar que hay cosas que debemos guardarnos para nuestra intimidad. Pero sí que me ha llamado la atención un hecho concreto: el pelo. No el de sus cabezas sino el de sus partes íntimas.

Sé que es un tema algo delicado y que no todo el mundo lo comenta sin reparo alguno. Pero como analista de moda y de tendencias estéticas creo que va siendo hora. Es el momento de plantearnos la siguiente pregunta: ¿con o sin pelos?

Hablemos de mujeres. Hablemos de hombres. Y viceversa. Aquí me voy a meter en un profundo y ensimismado subjetivismo. Me gustan los hombres con pelo. Con mucho pelo. No me refiero a que lo tenga en la espalda y que parezca un osito, sino que tenga el pelo en las partes en las que debe tenerlo. También entiendo a aquellos y aquellas a los que les gusta el "no pelo". Y, por contra, la mujer, cuanto menos pelo, mejor.

Ésta es mi opinión personal, pero, ¿saben cuál es la última tendencia en la estética de las partes íntimas? Hará unos meses que he empezado mis sesiones de depilación láser. La chica que me atiende en Aravaca, Mónica, me cuenta que la última trending stupid entre las adolescentes es el "bigotito Hitler" en las zonas íntimas.

No hace mucho que vi un meme en el que se mostraba la evolución de la moda del vello púbico desde los 60 hasta el día de hoy. El cómo se ha pasado de un exceso de pelo —siendo este un valor en lo estético— a depilarse los laterales del pubis y las ingles en los 90; en los 2000 se puso de moda a quitárselo todo y en 2015 a dejarse un fina tira de pelo.

Me sorprende la moda de los hombres leñasexuales cuyas partes erógenas están libres de pelo alguno, mientras que en las barbas que alcanzan los 8 centímetros se esconde aquel Nokia 3310 que se llevaba hace 10 años y el hueso de los muslitos de pollo de la cena de antes de ayer.

Lo peculiar de las modas de las depilaciones en las "partes bajas" -¡vaya término con segundas!- del mundo del Occidente es que es una moda que pocos tienen el "placer" de ver -o de no ver-. Claro, menos los de Adán y Eva, y Nacho Vidal y los de su especie. Aunque en el mundo del porno digo que ya habrá también estilistas, ¿no? Que en lugar de buscar la ropa en El Armario de la Tele compran cuchillas y cera para innovar con la depilación.

Muchos apuntan al tema de higiene, asegurando que el exceso de pelo puede dar lugar a olores poco agradables, sudores, picores y hasta infecciones. Otras leyendas urbanas cuentan que el vello en las partes íntimas protege las mismas.

La cuestión que más me interesa, sin embargo, es la psicosociológica. ¿Qué empuja a un hombre o a una mujer a elegir el "estilo" de sus partes íntimas? ¿Pragmatismo? Es decir, me dedico a un deporte o a una actividad determinada y el pelo me molesta; o, por contra, no pienso perder mi tiempo en depilarme ahí abajo. ¿Erotismo? Aquí entrarían los gustos eróticos y sexuales de cada uno y de sus parejas. ¿Cultura? Formaría parte del imaginario social colectivo que también podría condicionar esta elección estético-higiénica. ¿Modas? Los más vulnerables a dejarse llevar por las modas serán aquellos que siguen las tendencias, sumándose, no sólo al tipo de vaqueros que se lleva, tacón o peinado, sino también a la depilación en las partes íntimas.

Con o sin pelos es un tema tan sumamente frívolo e innecesario como morboso y peculiar. Por eso me inspira esta semana. No arreglaremos el mundo ni la crisis ni tampoco la capa de ozono, pero nos pasaremos un rato reflexionando. Ahora, dejen aquí sus comentarios sobre sus gustos particulares y generen debate.

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