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Katy Mikhailova

Belleza en vena

Dripology es el nombre que recibe dicho tratamiento por goteo (sí, ha leído bien: ¡por goteo!).

Dripology es el nombre que recibe dicho tratamiento por goteo (sí, ha leído bien: ¡por goteo!).
Becky G | Instagram

Sin filtros no hay pecas; y sin tetas no hubo paraíso hasta que la industria de la moda en Occidente decidiera (sin consenso) que la hiperdelgadez y la androginia debía "estar de moda". Fue entonces cuando las Kardashian se impusieron: culos grandes, cuentas (bancarias) anchas. Y Occidente empezaba entonces a mirar con hambre, de implantes de silicona, hacia los nuevos cánones de belleza, que de alguna forma podían recordar vagamente a las Venus de Rubens, solo que con pieles bronceadas (y no nacaradas), musculadas (que no rollizas), y aspirando a ocultar la celulitis, sin pelos en la lengua (porque no quieren) y en las ingles, y con colágeno en pastillas para empezar el día, o en vena.

Porque lo de que la juventud te corra por las venas (o la belleza aspiracional) lo sabe muy bien Becky G. Hablamos de la autora de versos urbanos, que cantados al ritmo de reggae, dicen algo así como "si tú me llama, no vamo p’a tu casa, no quedamo en la cama sin piyyyama, sin piyyyama"; y la misma que traduce en música el eslogan de "la arruga es bella" con estribillos tipo los de "a mí me gustan mayores, de esos que llaman señores...".

Pues bien: a ella le gustan mayores, pero con 22 quieren no parecerlo. Podríamos estar ante un concepto tremendamente innovador llamado "belleza a domicilio": Dripology es el nombre que recibe dicho tratamiento por goteo (sí, ha leído bien: ¡por goteo!), que tal como explican en la página web, es "una fórmula de nutrientes que expulsan las toxinas y rejuvenecen la piel, el pelo y las uñas". Y Becky G es una de sus embajadoras.

La estampa de este tratamiento es tan desagradable como superficial y contradictorio: mujeres que en lujosos domicilios posan para Instagram con el clásico aparato de infiltración que se suele utilizar por cuestiones puramente de salud y no de belleza. El riesgo de este tipo de prácticas es tan sumamente preocupante, que los hematomas y las infecciones son, a estas alturas, lo que menos inquieta. Debo recordarles que cada sesión de este tipo tiene un coste de 360 euros.

Y no menos alabanzas se merecen los polvos en el pelo (que no ‘polvos con pelo’) que la vicepresidenta de formación de It Cosmetics, considerada "una experta" en la belleza, ha recomendado aplicar en el cuero cabelludo. Polvos de cosméticos, matizo. En su visita a Madrid esta semana, entre otras prácticas, ha regalado una masterclass sobre cómo deben ser los movimiento del brazo cuando nos ponemos el colorete en las mejillas, por ejemplo. Creo que diga lo que diga, todo debe partir desde la derecha, para que la izquierda quede lo más lejos posible.

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