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Katy Mikhailova

¡Más niños!

Hay gente que vive por y para su perro. Y esto impulsa a las marcas de moda a lanzar colecciones para perros y dueños.

Hay gente que vive por y para su perro. Y esto impulsa a las marcas de moda a lanzar colecciones para perros y dueños.
Best Friend Crew | Bershka

Mi buen amigo FJS, entre sus clases de padel (3 tardes semanales), el enésimo máster online que se está sacando y sus perros (dos, a los que saca a pasear cada tarde), no tiene tiempo para nada más. Después me ruega que le busque una novia; y me pregunto en qué momento tiene intención de tener una y pasar tiempo con ella, cuando sus adorados caninos, que habitan en un piso de 60 metros cuadrados, deben salir a pasear cada bendita tarde, y no en cualquier lugar (se sube al coche y los lleva hasta El Pardo). La excusa del perro es más épica, sin lugar a dudas, que el ‘ya nos veremos cuando todo esto -la pandemia- se calme’. Hay gente que vive por y para su perro. También ocurre con los loros: les escribo desde el Hotel Kempinski Bahía de Estepona. A un día de llegar, no dudé en mandarle un email al director para preguntarte si Paco y Lola seguían vivos. Paco y Lola son los dos loros que nos reciben en la entrada que, en caso de olvidarse uno de su presencia, le dan el susto de la semana. Pero los loros son un tema aparte.

Toda esta introducción viene a causa de que se ha hecho pública la noticia de que hay más hogares en España con mascotas que con menores de 15 años. El 93% de esas mascotas son perros. Y esto impulsa a las marcas de moda a lanzar colecciones para perros y dueños. Berskha, de Inditex, lanzaba el pasado mayo su primera colección perruna, ‘Best Friend Crew’, ofreciendo una indumentaria deportiva-casual idéntica tanto para el chucho como para el humano que le acompaña. En 2018 ya lo hizo H&M. Fendi también el mes pasado anunciaba unos arneses con el monograma F, a juego con el clásico estampado de bolsos y carteras… No es ninguna novedad la locura por ir a juego con la mascota, pues viene de lejos.

Me pregunto qué clase de animal quiere llevar ropa. A mí, a mi gato Mourinho, en mi vida se me ha pasado por la cabeza decorarle con nada (si bien ya de por sí, siendo un gato bengalí, goza de un pelaje idéntico al de un guepardo). Tampoco llevarlo conmigo a hacer yoga (o cat-doga, yoga para gatos y perros); ni obligarle a ser vegano. La mayor humanización (virtud y paciencia de mi ex pareja) que le regalamos fue que aprendiera a orinar y defecar en un inodoro cual persona, aunque nunca supo tirar de la cadena (sigue sin hacerlo, según me cuentan). Pero de ahí a disfrazarle de mono de feria, con respeto a los monos, me parece un acto cruel e innecesario.

Mi reflexión aterriza ahora, al conocer que España los prefiere peludos: vamos, estamos dejando de tener hijos para tener perros. No en vano Isabel Díaz Ayuso propone el cheque bebé a madres menores de 30 años: promovamos la natalidad. Me consolaría al menos saber que las familias perrunas son adoptadas, pues es alarmante que España encabece la lista de los países europeos en abandono de perros y gatos (cerca de 150.000 animales domésticos fueron abandonados el año pasado). ¿Por qué no perros y niños? Con coherencia, responsabilidad y respeto, todo se puede.

En definitiva, además de estar atrapados en la mentalidad de la comodidad cortoplacista (nos preocupa el toro de lidia pero el aborto es un derecho), la moda de la moda de las mascotas es otro modo de crueldad y patetismo, que aterriza en tiempos de vanidad, estupidez y aburrimiento. Al ritmo al que vamos, criaremos cuervos para que nos saquen los cuartos en pendientes y pintauñas para aves en peligro de extinción. Lo que está en peligro de extinción es el buen gusto y la coherencia, dos conceptos abstractos imposibles de adquirir con un crédito.

En Chic

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