Menú
Katy Mikhailova

Trippy Tuxedo, Tusi y en tu fiesta me planté

El mediático Iñigo Onieva inaugura Lula The Club, una discoteca en el corazón de la Gran Vía madrileña.

El mediático Iñigo Onieva inaugura Lula The Club, una discoteca en el corazón de la Gran Vía madrileña.
Tamara Falcó | Gtres

El jueves pasado quedaba inaugurado socialmente Lula The Club, una discoteca en el corazón de la Gran Vía madrileña, regentado por el mediático Iñigo Onieva (¿aún hay alguien que no conozca al novio de Tamara Falcó?). Un encuentro social que ha juntado desde Rossy de Palma hasta Kiko Matamoros. Samantha Vallejo Nájera, editoras de moda, influencers, fotógrafos y la tan buscada Támara Falcó, enfundada en un traje de chaqueta y pantalón de lentejuelas en color rojo, a juego con la americana de su compañero sentimental.

En la invitación figuraba el tan dubitativo dress code: Tripy Tuxedo. Francamente lo primero que me digo (ignorante de mí) "¿qué, carajo, es tripy tuxedo?", que suena más al nombre de una droga que otra cosa.

inauguracion-discoteca-inigo-onieva-1.jpg

Claro que hasta para vestir hace falta cultura, y perdónenme ustedes, los expertos en moda y modos, pero yo me he quedado en el ‘casual chic’ que ya de por sí es tan ambiguo como causal (y no siempre casual). Vestir de cintura para arriba de sport y de cintura para abajo con elegancia, y viceversa. Creo que esto ya lo hemos reflexionado alguna vez. También se acepta ir de cintura para abajo de Alcorcón, y de cintura para arriba como si se asistiera a la Feria de Sevilla.

Lo que no se puede aceptar es asistir a una boda en mocasines: y a Dios pongo por testigo que el sábado pasado lo vi en una boda en La Granja de Segovia. Llevar un traje con mocasines ya es una paletada nivel máximo, pero encima ir así un enlace de este nivel refleja un absoluto desconocimiento de protocolo.

Siempre me ha encantado la palabra ‘protocolo’. Sin recurrir todavía a su etimología, me suena a alguien que se "coló primero". Después de escribir semejante barbaridad en esta columna que improviso desde el Parque de El Retiro, acudo a google a ver su origen. Y en efecto, en griego, significa "a primera hoja o tapa, encolada, de un manuscrito importante, con notas sobre su contenido".

inauguracion-discoteca-inigo-onieva-6.jpg

Siempre hay un protocolo que hace meter la gamba al listo de turno, porque las fiestas, las bodas, los banquetes y los encuentros "etílicofestivos" (y eróticos) no entienden de inteligencia social. Lo que sí sé que es también existe una droga llamada Tusi, de color rosa, que no he probado (ni pienso hacer), pero me fascina lo de que haya una droga tan rosé. Me lo cuenta una amiga de un amigo, a cuyo amante le detuvieron por llevar Tusi para consumo propio. Me lo cuenta en un audio, y, además de yo ponerme a tararear ‘agua p’a la seca’ (es un castigo vital que semejante música penetre de este modo en la memoria, les hablo de la famosa canción "Pepas"); pienso en ‘tú sí, tú no’. Una droga selectiva, elitista. Niños: drogas, caca.

Aparte de este chiste sin ninguna gracia, la fiesta del pasado jueves se llenó de numerosos rostros conocidos. Después de indagar en Pinterest en una carpeta vía Bertie Espinosa sobre el código de vestimenta, deduje que, con ponerme mis mejores galas diseñadas por Agatha Ruiz de la Prada, me bastaba. He engordado tanto, que ni su ropa me salva. Pero fui a disfrutar de una velada cuyo protocolo era la ausencia de protocolo (la mayoría hicieron caso omiso). Aun así, he de decir que Lula es un proyecto etíliconocturno que demuestra que Iñigo Onieva es mucho más que ‘el novio de…’ y ahora se posiciona como el Rey de la noche y de Madrid. Tú sí, Iñigo.

Temas

En Chic

    0
    comentarios