El café es, junto con el agua y el té, una de las bebidas más consumidas en todo el mundo por lo que su relación con la salud mental es un tema que preocupa a la sociedad. No hay que olvidar que, al contener cafeína que es un estimulante natural, esta bebida puede tener efectos tanto positivos como negativos sobre la ansiedad, el estrés y la concentración. De hecho, para muchas personas alrededor del planeta, la cafeína forma parte sus vidas, ya que aporta ese empujón tan necesario por las mañanas o anima cuando se está de bajón a mediodía. Pero, ¿podría ser la dosis de cafeína la causa, o quizá incluso la solución, de esos momentos de mayor ansiedad? Este tema es una mezcla de ciencia, experiencias personales y debates ancestrales.
¿Qué es el café?
El café es una bebida popular que se obtiene de los granos de la planta Coffea. Las dos especies de café más cultivadas y consumidas son Coffea arabica y Coffea canephora, comúnmente conocida como Robusta. El proceso de preparación del café suele consistir en moler los granos de café tostados hasta obtener un polvo fino, que luego se infusiona con agua caliente. Hay varios métodos de preparación del café, como la preparación por goteo, las cafeteras espresso, la prensa francesa y los sistemas de monodosis.
El café contiene cafeína, que es un estimulante natural que afecta al sistema nervioso central. La cafeína actúa como una sustancia psicoactiva suave, proporcionando un aumento temporal del estado de alerta, la concentración y la energía. También puede ayudar a combatir la somnolencia y mejorar el rendimiento cognitivo. Pero, además de cafeína, el café contiene otros compuestos bioactivos, como antioxidantes y ácidos clorogénicos, que pueden tener beneficios potenciales para la salud. Sin embargo, los efectos del café pueden variar de una persona a otra, y algunos individuos pueden ser más sensibles a sus efectos estimulantes o experimentar efectos secundarios negativos.
En general, es importante consumir café con moderación, ya que un consumo excesivo o la sensibilidad a la cafeína pueden provocar efectos secundarios como aumento del ritmo cardíaco, nerviosismo, trastornos del sueño o problemas gastrointestinales. Como ocurre con cualquier componente de la dieta, las reacciones individuales y la tolerancia pueden variar, por lo que es aconsejable tener en cuenta las condiciones de salud personales y consultar con un profesional sanitario si es necesario.
¿Qué es la cafeína?
La cafeína es un estimulante natural que se encuentra en diversas plantas, principalmente en los granos de café, las hojas de té y las semillas de cacao. Pertenece a una clase de compuestos llamados xantinas y es conocida por sus efectos estimulantes sobre el sistema nervioso central. Cuando se consume puede aumentar el estado de alerta, reducir la fatiga y mejorar la concentración. Sin embargo, un consumo excesivo de cafeína puede provocar efectos secundarios como aumento del ritmo cardíaco, insomnio y ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad se refiere a un estado emocional normal y a menudo temporal caracterizado por sentimientos de preocupación, miedo o inquietud. Es una respuesta natural al estrés o a posibles amenazas y se convierte en motivo de preocupación cuando persiste durante un periodo prolongado o cuando empieza a interferir en la vida cotidiana y el bienestar de una persona.
Los trastornos de ansiedad, por su parte, son un grupo de enfermedades mentales que cursan con ansiedad excesiva y persistente, junto con otros síntomas como inquietud, dificultad para concentrarse, irritabilidad, trastornos del sueño y síntomas físicos como taquicardia o dificultad para respirar. Algunos ejemplos de trastornos de ansiedad son el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social y las fobias específicas. Es importante tener en cuenta que la ansiedad es un trastorno complejo en el que influyen diversos factores, como la genética, la química cerebral, los rasgos de personalidad, las experiencias vitales y los factores ambientales.
¿Cómo influye el café en la ansiedad?
- Efectos estimulantes: El café contiene cafeína, un estimulante natural que puede aumentar el estado de alerta, la concentración y los niveles de energía. Para algunas personas, estos efectos estimulantes pueden mejorar temporalmente el estado de ánimo y reducir la sensación de fatiga, lo que puede ser beneficioso para controlar los síntomas leves de ansiedad.
- Sensibilidad a la cafeína: Las personas tienen diferentes sensibilidades a la cafeína, y algunos individuos pueden ser más propensos a experimentar efectos negativos como nerviosismo, inquietud, aumento del ritmo cardíaco o sensación de ansiedad. Es más probable que estos efectos se produzcan con dosis más altas de cafeína o en personas que ya son sensibles a los estimulantes.
- Alteración del sueño: El consumo de café, especialmente a última hora del día o en cantidades excesivas, puede interferir con el sueño. Las alteraciones del sueño son frecuentes en los trastornos de ansiedad, y la mala calidad del sueño o el insomnio pueden exacerbar los síntomas de ansiedad. Es importante tener en cuenta el momento y la cantidad de consumo de café para evitar alterar los patrones de sueño.
- Interacción con medicamentos: Si se están tomando medicamentos para la ansiedad u otras condiciones de salud mental, es crucial tener en cuenta las posibles interacciones con la cafeína. Algunos medicamentos pueden interactuar con la cafeína y afectar a su eficacia o aumentar el riesgo de efectos secundarios.
¿El café aumenta la concentración?
Si bien los efectos estimulantes del café son bien conocidos por todos, vale la pena considerar las consecuencias que el consumo de esta bebida puede tener sobre las capacidades cognitivas. Es un hecho comprobado científicamente que una taza de café ayuda a aumentar la concentración, es decir, que hace que el cerebro humano procese la información que recibe un 10% más rápido de lo normal. Para poder mejorar la concentración y elevar el umbral de atención, la dosis de cafeína que se debe introducir en el organismo es, según los datos facilitados por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), igual a 75 miligramos, que es aproximadamente el contenido de cafeína presente en una taza.
Hace unos años, una investigación científica quiso comparar consumidores habituales de café y consumidores no habituales para comprobar los efectos de la cafeína con respecto al umbral de atención de ambas categorías. Como era de esperar, dependiendo de las dosis, se encuentran efectos variables: para un consumidor habitual, de hecho, se necesitan al menos 4 tazas de café para mejorar la atención, mientras que en un consumidor no habitual 2 tazas son suficientes.
Hay que tener en cuenta que la concentración es uno de los aspectos donde el café tiene más beneficios. En dosis moderadas, la cafeína mejora el estado de alerta y la atención, lo que puede ser especialmente útil durante tareas que requieren un alto nivel de concentración y enfoque. Pero realmente, el hecho de que el consumo de cafeína aumente la concentración depende mucho más de la fisiología de cada persona que de los efectos mencionados de la cafeína.
Para poder concentrarse de manera eficaz, los niveles de dopamina deben situarse dentro de un margen muy específico. Para muchas personas, estos niveles ya son adecuados y la ingesta de cafeína elevaría demasiado los niveles de dopamina, dificultando la concentración. Sin embargo, algunos estudios sugieren que ciertas personas, por ejemplo aquellas con TDAH, cuyos niveles de dopamina son demasiado bajos, podrían beneficiarse realmente de la ingesta de cafeína.
Entre las personas que consumen cafeína como energizante, podría pasar que un aumento gradual de la dependencia modifique los niveles normales de dopamina (sin cafeína) a niveles especialmente bajos. Como resultado, cuando alguien consume cafeína, la dopamina vuelve a niveles normales, dando la impresión de que el café es beneficioso para la concentración.