Las relaciones románticas también se han adaptado a la era de Internet. Por ello, cada día se utilizan nuevos términos que emergen del uso de las redes sociales. El ghosting es uno de los conceptos más extendidos. Proviene de la palabra inglesa ghost (fantasma) y se refiere a la situación en la que estás iniciando una relación de pareja y la otra persona desaparece de un día para otro. Literalmente, se esfuma como un fantasma. A pesar de que todo parece ir bien, corta toda comunicación de manera repentina y nunca más vuelves a saber de ella.
El orbiting es otro término fruto de las relaciones en la nueva era digital. En este caso, se trata de una conducta que también se da entre dos personas. Es una forma de mantener una conexión superficial con alguien a través de las redes sociales. Sin embargo, la persona que ejerce esta práctica evita a toda costa cualquier tipo de contacto físico e incluso comunicación significativa. Es decir, la pareja deja de tener un contacto físico, pero la otra persona sigue dando "me gusta" o comentando sus publicaciones en redes sociales. En otras palabras, una parte de la pareja sigue mareando a la otra a pesar de no querer estar en la relación.
Peor que el ghosting
El concepto de orbiting nace por el fenómeno de orbitar, lo que hace la Tierra alrededor del Sol. Este suceso se asemeja a cuando una persona sigue rondando a otra y lanzando señales confusas a su ex pareja. Muchos expertos denominan el orbiting como una forma de ghosting, aunque más cruel, puesto que en el ghosting la ex pareja no vuelve a dar señales contradictorias.
La tendencia del orbiting puede llegar a durar semanas, meses o incluso años. Aparentemente, no parece nada grave recibir comentarios de tu expareja en las fotos que subes a las redes sociales. Sin embargo, para la persona afectada puede llegar a ser una situación muy molesta.
Hay una serie de señales para identificar que alguien está ejerciendo este comportamiento tóxico.
- Siempre ve tus historias en las redes sociales y suele reaccionar a ellas, incluso contestarlas.
- Te da "me gusta" en todas las fotos.
- Suele comentar en las publicaciones de tus redes sociales.
- Interactúa contigo en las publicaciones de amigos en común.
- Aparece en un sitio en el que estás, pero no interactúa contigo.
¿Por qué lo hacen?
Muchas de las personas que practican el orbiting buscan mantener sus opciones abiertas y hacerse notar, aunque ya no estén en esa relación. Como dice el dicho, son como "el perro del hortelano, que ni come ni deja comer". No quieren continuar una relación amorosa con su expareja, pero siguen manteniéndose presentes, haciendo más duro el duelo tras la relación y más largo el olvido.
Otra explicación para este tipo de actitudes son el miedo al rechazo si se llega a mantener un contacto directo. También puede ser para establecer un control emocional en la expareja mediante una ligera presencia o por simple curiosidad.
Una forma de manipulación
Los comportamientos orbiters pueden llegar a ser muy dañinos para los afectados. Esta práctica no es sana. Puede llegar a generar ansiedad, y además confusión, puesto que se envían señales contradictorias sobre sentimientos e intenciones a la otra persona.
En casos extremos el orbiting se puede convertir en una forma de manipulación de la que es necesario tomar precauciones. Para evitarlo se puede trabajar en el amor propio, no culparse sobre estas actitudes (puesto que la falta de responsabilidad afectiva es por parte de quién lo ejerce), expresar los sentimientos con claridad y bloquearle de todas las redes sociales.