El lanzamiento del bautizado como Vehículo Experimental Intermedio (IXV) tuvo lugar a las 13:40 GMT (14:40 hora española) desde el puerto espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, a bordo de un cohete Vega, el más pequeño de los operados por el consorcio aeroespacial Arianespace. Después de la separación del lanzador Vega, a unos 340 km de altitud, el vehículo ha seguido elevándose en su vuelo suborbital hasta unos 420 km.
Luego comenzó la fase de reentrada, durante la que se recogen los datos de un gran número de sensores instalados en la nave. La velocidad de entrada, unos 27.000 kilómetros por hora, crea las mismas condiciones a las que se somete una nave que vuelve desde la órbita baja de la Tierra. Tras navegar a través de la atmósfera, en su corredor de reentrada, la IXV bajó ralentizada por un paracaídas que se despliega en varias fases. El viaje se completó con su amerizaje en el centro del océano Pacífico, unos 100 minutos más tarde de su despegue.
La nave, de dos toneladas de peso, cinco metros de largo, 2,2 de ancho y 1,5 de alto, está dotada de 300 sensores que almacenaron datos de presión, temperatura y otros parámetros que servirán para mejorar posteriores modelos. Según el director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain, en la estructura del IXV se combina la simplicidad de las cápsulas con la mayor capacidad de maniobra y control de vehículos alados como los transbordadores estadounidenses.