La organización SeaLegacy, dedicada a preservar los océanos "usando la capacidad de las narrativas para crear el cambio que queremos ver", ha publicado un vídeo rodado el pasado mes de agosto en el que se ve a un oso polar muriendo de hambre, de cuya situación han culpado al cambio climático. Y la prensa de todo el mundo ha comprado la mercancía, pese a que como en casos anteriores no exista absolutamente ninguna prueba científica de que el oso en cuestión estuviera famélico por nada que tuviera que ver con el cambio climático. Y es que morir de hambre, según los zoólogos, es la forma de muerte más común entre osos polares.
"Nos quedamos allí llorando, grabando mientras las lágrimas caían por nuestras mejillas", afirma el fotógrafo Paul Nicklen, responsable del vídeo, quien cree que el oso probablemente murió pocas horas después de que se tomaran estas imágenes. "Este es el aspecto de una muerte por hambre. Los músculos se atrofian. No queda energía. Es una muerte lenta y dolorosa." No ayudaron al oso porque no "iban por ahí con dardos tranquilizadores o 200 kilos de carne de foca", además de que es ilegal en Canadá alimentar a los osos polares. Así ha informado sobre el vídeo la prensa:
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Este oso polar desnutrido muestra toda la crueldad del cambio climático (El Español)
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"Así es como se ve el hambre": el vídeo que quiere mostrar los efectos del calentamiento global (El País)
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La desgarradora agonía de un oso polar por culpa del cambio climático (La Nueva España)
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El vídeo del oso polar esquelético que muestra los efectos del cambio climático (El Confidencial)
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Un vídeo desgarrador de un oso polar famélico expone la crisis climática, dicen expertos (The Guardian)
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Este vídeo desgarrador de un oso polar famélico muestra cómo el cambio climático está destruyendo la vida salvaje (Business Insider)
Incluso los medios que no compraron el ángulo climático para el titular lo llevaron en el interior. Interrogada por la canadiense CBC Radio, la cofundadora de SeaLegacy Cristina Mittermeier reconocía que "es imposible saber por qué estaba en ese estado. Podría ser por una herida o una enfermedad". Pese a ello, aseguraba que la causa real es irrelevante. "La idea es que estaba muriéndose de hambre y que, según perdemos hielo marino en el Ártico, los osos polares morirán de hambre". Una idea a la que se suma Nicklen: "Cuando los científicos dicen que los osos polares se extinguirán en los próximos 100 años, pienso en una población global de 25.000 osos muriendo de esta manera". Naturalmente, el vídeo se ha publicado pocos días antes de la cumbre del clima de París para influir en la opinión pública mundial.
Sin embargo, si la muerte de este oso hubiera estado causado por la falta de hielo en el Ártico, lo lógico es que hubiera muchos más como él y que la población de osos polares estuviera bajando. Hay que recordar que es la única especie que se ha declarado en peligro de extinción no porque sus números fuesen bajos, sino porque modelos matemáticos la predecían. Pero la realidad no ha seguido los dictados de los modelos y la población de osos ha aumentado en los últimos años.
La causa, según explica la doctora Susan Crockford, estaría en que su supervivencia no estaría afectada por una menor extensión de hielo marino en el verano, sino en la primavera, que es cuando obtienen su alimento. Según observaciones realizadas en los años 70, mucho antes de que la extensión del hielo ártico supusiera una preocupación, en verano los osos polares tienen mucho más difícil cazar focas porque los hielos tienen más huecos y agujeros por los que estos animales pueden escapar. Y parece tener razón, porque en caso contrario la población de osos habría disminuido en lugar de aumentar estos últimos años en que ha habido mucho menos hielo marino en el Ártico durante el verano.
Como sucede también con los modelos climáticos, los que predecían la extinción de los osos polares no han acertado hasta ahora. En ambos casos, las observaciones no dan pie al alarmismo, pero sin alarmismo ¿cómo va a conseguir SeaLegacy alcanzar sus objetivos?