Una bola de fuego que entró en la atmósfera a 43.000 kilómetros por hora fue avistada anoche en varias provincias de Andalucía y en Castilla-La Mancha, aunque resultó destruida completamente sin llegar a caer ningún pedazo a la Tierra.
El profesor de la Universidad de Huelva José María Mediedo ha explicado a Efe que se ha tratado de "una lenta y brillante bola de fuego" que fue avistada a las 21:52 como consecuencia de la entrada en la atmósfera terrestre de un fragmento desprendido de un asteroide.
Se localizó a una altitud de unos 75 kilómetros y cuando dejó de avistarse estaba a unos 26 aproximadamente.
El fenómeno ha podido ser registrado por los detectores que la Universidad de Huelva opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) y en los observatorios astronómicos de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), Sierra Nevada (Granada) y Sevilla.
Estos detectores trabajan en el marco del proyecto SMART, que tiene como objetivo monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del sistema solar.
La velocidad de la roca a la entrada en la atmósfera, a 43.000 kilómetros por hora, hizo que se volviese incandescente, aunque Mediedo ha explicado que "se trata de una velocidad relativamente baja para este tipo de fenómenos, ya que estos pueden llegar a superar los 260.000 kilómetros por hora".
"Todo esto, unido a la gran altitud a la que se encontraba, hizo que los testigos que la avistaron tuviesen la sensación de que la bola de fuego cruzó el cielo lentamente", ha señalado Mediedo sobre la roca, que se destruyó completamente en la atmósfera, por lo que ningún fragmento habría caído al suelo en forma de meteorito.