"Estamos construyendo el primer Mars, o nave interplanetaria, y creo que podremos hacer viajes cortos, vuelos cortos arriba y abajo, en la primera mitad del próximo año", declaró Elon Musk durante su intervención en el festival de cultura y tecnología South by Southwest en Austin, Texas, este domingo. Sin embargo, admitió que este plazo puede ser un poco optimista, y agregó: "Aunque a veces, mis calendarios son un poco, ya sabes".
Musk anunció el año pasado que su compañía privada SpaceX está trabajando para enviar una misión de carga a Marte en 2022. El propietario de Tesla espera que esta empresa ayude a impulsar la colonización humana del planeta.
Cuando se le preguntó a Musk cómo la gente común puede ayudar a su misión de llegar a Marte, dijo que en este momento se trata de apoyo general y "aliento". "Creo que una vez que lo construyamos, tendremos un punto de prueba de algo que otras compañías y países pueden hacer. Ciertamente no creen que sea posible, pero si lo hacemos, mejorarán su acción", apuntó.
Musk dijo que un vuelo en el cohete BFR –diseñado específicamente para esta misión– realmente costará menos que los vuelos iniciales de Falcon 1, que fueron de entre 5 y 6 millones de dólares, según Musk. Aún así, Musk admitió que los primeros humanos que se atrevan a hacer el viaje arriesgarán mucho. "Va a ser mucho más peligroso, difícil, peligroso, con buenas probabilidades de que mueras", admitió.
Por otro lado, Musk explicó que las bases de la Luna y Marte podrían ayudar a preservar la civilización humana y acelerar su regeneración en la tierra en caso de una tercera guerra mundial. Hay "alguna probabilidad" de que haya otra Edad Oscura, "particularmente si hay una tercera guerra mundial", dijo Musk. "Queremos asegurarnos de que haya suficiente semilla de civilización humana en otro lugar para devolver la civilización, y tal vez acortar la duración de la Edad Media".
Así se estrelló el propulsor central del Falcon Heavy
Space X ha mostrado finalmente imágenes de cómo se estrelló el acelerador principal del primer cohete Falcon Heavy, el 6 de febrero, al fallar en su aterrizaje controlado en una plataforma marina.
Un vídeo promocional del vuelo inaugural, que lanzó al espacio exterior un coche Tesla descapotable con un maniquí en el puesto de conductor llamado Starman, la compañía que preside Elon Musk describe en imágenes los pormenores de la misión.
En el minuto 1:11 del vídeo aparecen imágenes del acelerador principal aproximándose a la plataforma marina desde lejos. Posteriormente, la toma de una cámara a bordo de la plataforma revela cómo el cohete no aterrizó en el punto previsto sino fuera de los límites de la plataforma, estrellándose en el mar.
Días después de aquel lanzamiento, en su cuenta de Twitter, Elon Musk, presidente de Space X explicó que los motores no se activaron en la maniobra final por falta de combustible. "No había suficiente fluido de ignición para encender los dos motores externos después de varios encendidos de tres motores", escribió Musk.
Cuando Falcon Heavy despegó, se convirtió en el cohete operacional más poderoso del mundo por un factor de dos. Con la capacidad de levantar en órbita casi 64 toneladas métricas –una masa mayor que un avión 737 cargado con pasajeros, tripulación, equipaje y combustible– Falcon Heavy puede levantar más del doble de la carga útil de la siguiente operación más cercana vehículo, el Delta IV Heavy, a un tercio del coste.
A diferencia del acelerador principal, después del despegue, los dos propulsores laterales se separaron del núcleo central y regresaron al sitio de aterrizaje para su reutilización futura.