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El último informe de la ONU sobre el cambio climático decreta qué se puede comer y qué no

El informe, dedicado al suelo, recomienda nuevos hábitos alimenticios que ayudaría a frenar, dicen, el calentamiento global.

El informe, dedicado al suelo, recomienda nuevos hábitos alimenticios que ayudaría a frenar, dicen, el calentamiento global.
La ONU quiere cambiar los hábitos alimenticios de todo el planeta | Pixabay/CC/hpgruesen

Tras cinco días de reuniones, los científicos que han participado en la 50 sesión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), dependiente de la ONU, han alertado de que para frenar su avance hay que emprender cambios en el uso global del suelo que requieren un cambio planetario en los hábitos alimenticios.

"Una mejor gestión del suelo puede contribuir a frenar el cambio climático, aunque no es la única solución", dicen los científicos en el segundo de los tres informes encargados al IPCC tras la firma del Acuerdo de París de 2016. Además de diversas recomendaciones sobre el uso agrícola y forestal del suelo, los expertos aconsejan la puesta en marcha de "políticas que reduzcan el despilfarro de comida e influyan en la elección de determinadas opciones alimentarias".

Lo que los expertos de la ONU quieren para impedir el calentamiento global del que llevan años alertando es que la alimentación se base fundamentalmente en vegetales y que se reduzca el consumo de carne, en particular la roja. Sostienen que eso reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero que produce el ganado y mejoraría el uso de la tierra y el agua.

De acuerdo con el informe, se derrocha entre un 25 y un 30 por cien de la comida que se produce en el planeta, por lo que combatir este problema puede rebajar las presiones por reducir bosques y aumentar el suelo agrícola. Según sus estimaciones, un 23% de los gases de efecto invernadero proceden del uso de la tierra y de la agricultura, cifra que se elevaría al 37% si se suman las emisiones derivadas de la producción de alimentos. No obstante, estas conclusiones están marcadas en el informe como medium confidence, lo cual significa, según los criterios marcados por el propio IPCC, que son afirmaciones en las que tienen un 50% de confianza en que son ciertas.

Pese a dicha incertidumbre, el IPCC afirma que si no hay cambios en los hábitos alimenticios mundiales, este porcentaje crecerá debido al aumento de población, de renta y de los nuevos patrones de consumo. También propone retomar prácticas agrícolas, ganaderas y silvícolas de las poblaciones indígenas tradicionales, ya que según el documento "su experiencia puede contribuir a los desafíos que presentan el cambio climático, la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad y el combate de la desertización".

También apunta algunas prácticas que podrían mejorar la gestión de los cultivos y la ganadería, como el uso de nuevas variedades genéticas, mejor gestión de fertilizantes y estiércol o alimentación de más calidad.

Aplausos de los ecologistas

ONG ecologistas se han apresurado a aplaudir el informe de la ONU y han exhortado a cambiar la producción alimentaria. "El modelo de ganadería industrial que se ha impuesto para producir grandes cantidades de carne es insostenible, y el impacto tanto en la salud, como desde el punto de vista medioambiental son gravísimos", ha dicho el responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra, Andrés Muñoz.

En la misma línea, la coordinadora de Política Agraria y Desarrollo Rural de WWF España, Celsa Peiteado, ha llamado a "disminuir la carne, leche y huevos en la dieta diaria, así como fomentar una alimentación basada en la ganadería sostenible".

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