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¿Nos cambia la vida que el núcleo de la Tierra gire más despacio?

El frenazo del núcleo terrestre descrito en Nature ha levantado expectación. ¿Qué significa?

El frenazo del núcleo terrestre descrito en Nature ha levantado expectación. ¿Qué significa?
Pixabay/CC/qimono

Este lunes, la revista Nature publicó un artículo, firmado por dos investigadores de la Universidad de Pekín, que afirmaba que la rotación del núcleo de la Tierra se habría frenado respecto al resto de capas terrestres. El artículo aportaba información sobre variaciones en el movimiento del núcleo interno, la esfera de hierro y níquel en estado sólido que se sitúa en el centro de nuestro planeta, por debajo de la corteza, el manto y el núcleo externo.

Según la noticia publicada en Nature, los investigadores habían comprobado, analizando ondas sísmicas que atravesaron el interior de la Tierra, que desde 2009 la rotación del núcleo interno se habría prácticamente detenido y que ese fenómeno presentaba equivalencias con variaciones detectadas hace setenta años, lo que podría sugerir un patrón. Los científicos también aventuran que estos cambios estén teniendo consecuencias en el campo magnético terrestre, que se genera en el núcleo, y la duración del día.

Pese a lo llamativo del hallazgo, geólogos españoles llaman a la prudencia a la hora de analizar una noticia que aporta nueva información sobre el punto más inaccesible de la Tierra: el núcleo sólido que se esconde a más de seis mil kilómetros de profundidad, de unas dimensiones similares a Plutón y que los científicos comparan con una canica que gira dentro del núcleo externo. La velocidad de rotación del núcleo y sus posibles variaciones son objeto de estudio desde hace años.

Según explica a LD Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos, "la Tierra viene ralentizando su velocidad de rotación desde hace miles de años" y está abierto el debate sobre el efecto que tiene en ello el giro del núcleo interno. Lo que plantean los autores del artículo es "una hipótesis", las señales sísmicas empleadas son, a su juicio, "pocas y escasas" y habría otras opciones para explicar sus resultados, como la falta de homogeneidad del núcleo.

También llama a la prudencia Emilio Carreño, doctor en Ciencias Físicas y ex director de la Red Sísmica Española, que En Casa de Herrero pide esperar "a otros trabajos similares" para confirmar los resultados. Señala Carreño que sabemos que el núcleo "va más deprisa" que el resto del manto terrestre (nosotros "nos movemos", explica, "a mil kilómetros por hora pero nos sujeta la gravedad") y que si realmente ahora se hubiera detenido por completo se habría notado "muchísimo en telecomunicaciones, porque esa canica nos protege del plasma solar", en alusión al campo electromagnético.

Regueiro apunta que no notaremos consecuencia alguna por las variaciones de velocidad ahora detectadas: "si está pasando, y si pasa cada 70 años, nadie ha notado los efectos". Carreño coincide en que no percibiremos cambio alguno y lo mismo subrayan desde el Instituto de Geociencias del CSIC, que destaca que lo descubierto ahora es que el núcleo "ha decrecido su velocidad y está descompasado con la velocidad de giro del resto del planeta".

"Según este nuevo estudio, el núcleo se habría frenado hasta alcanzar la misma velocidad de rotación que las capas más externas o incluso una velocidad ligeramente inferior. Estas diferencias de velocidades relativas son muy pequeñas", destacan investigadores del CSIC en un artículo en el que ponen como ejemplo dos vehículos en una autopista: "Pensemos, como ejemplo, que vamos por la autopista a 120 km/h y nos adelanta otro coche a 121 km/h. Por la ventanilla veremos que nos va adelantando poco a poco. Si ahora el otro vehículo frena y se pone a 120 km/h lo veremos "inmóvil" junto a nuestro coche, aunque sigue moviéndose, al igual que nosotros. De la misma forma, el núcleo se habría frenado y, ahora, al rotar a la misma velocidad que el manto y la corteza, desde la superficie terrestre lo veríamos parado".

Aunque apuntan que este desacoplamiento "podría influir en la duración de los días", los investigadores destacan que sería algo casi imperceptible y también descartan grandes consecuencias como una hipotética inversión de los polos magnéticos o cambios en el clima: "No parece probable que cambios tan pequeños en la rotación del núcleo puedan tener efectos realmente apreciables".

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